Vida punki en Berlín. Trabajos de mierda. Soñar que tienes pene y que pares gatos. Odias a tu madre. Eres joven y no lo sabes. Una mujer que aspira ser artista en una sociedad hostil. Fanzines. No había internet. No entiendes el sexo. ¿Qué es ser mujer? Te das cuenta de que eres feminista. Penes. Chochos. Penes. Chocos. A la mierda depilarte. Abandonar la escuela de arte. Hacer fanzines. Venderlos por correo ¡es que no había internet!
Nosotras lo tenemos más difícil para todo, y qué decir hacernos un hueco en los movimientos underground y más aún cuando no somos la chica cool del grupo que toca el bajo, que tiene un sintetizador morado y un cuarto lleno de posters de bandas que ni su abuela conoce. Esta es Julie Doucet, una chica que no era cool ni tenía un sintetizador morado, pero lo que sí tenía (y sigue teniendo) eran poquísimos pelos en la lengua y sobre todo un gran talento dibujando, plasmando, denunciando y expresando a través caricaturas su frustración con la construcción social del mundo.
En su obra publicada (2014) en español por la editorial Fulgencio Pimentel, nos hace un recorrido por sus vivencias y lo que la llevó a ser una mujer en el mundo con mucho que decir y con muy pocas ganas de callarse situaciones de, por ejemplo, acoso callejero, pervertidos en las vías del tren masturbándose, sueños rarísimos y la exploración muy profunda y a escalas muy desconocidas de su «feminidad» y de su sexualidad, la relación con su madre y su obsesión por ridiculizarlo todo.
Imagino a Julie años después en el balcón de su casa en alguna ciudad que no está de moda y que nunca lo estará, viéndose a través de sus dibujos y pensando algo que muchas otras lectoras estamos pensado: ¡qué jodido es ser mujer! Pero qué bien nos lo pasamos reinventando formas de serlo, combatiendo a través del arte y dándole en la cara al sistema opresor.
Gracias a la creación de la siempre sucia y pecadora Julie Doucet, sabemos que podemos ser monstruos menstruantes llenos de amor para el mundo. Esta obra es una compilación de todas sus ilustraciones desde 1986 hasta 1993, inclusive podemos encontrar algunas piezas inéditas. Eso sí, si ya has leído otras obras de esta artista, es posible que se crucen algunas historias, pero eso es lo de menos: leer a la Doucet es tan delicioso como comerte un cupcake de arándanos y nueces orgánicas después de masturbarte y tener el mejor orgasmo de tu vida.
Hay un tema recurrente en esta obra, y es precisamente la menstruación. Esa extraña sustancia, desconocida y supuestamente maloliente que nos han enseñado a odiar.
¿Qué pasaría si nos viene «la regla» en el espacio? ¿O si nos quedamos sin tampones? (aquellas que los usan)
Amigas, esto es lo que pasaría:
Este monstruo adorable que Doucet ilustra representa la frustración de una artista. La sangre es un grito de libertad.
Mientras el mundo no la dejaba ser, ella en su arte fue.
Por cierto, ¡la edición viene con un fanzine regalo!
Y si un día se cruzan con esta portada, no, no es la biografía de una santa, son los cómics de una mujer que tiene muchas cosas por enseñarte.
Julie Doucet (1965): Nació en Montreal y estudió bachillerato de artes para luego irse a Quebéc a continuar sus estudios artísticos, aunque abandonó la universidad años más tarde. Rodeada de artistas mientras estudiaba, conoció a ilustradorxs que le mostraron el la luz al final del camino que eran las caricaturas. Su primera obra fue un fanzine en 1991 «Diry Plotte», lo distribuyó y se busco las castañas como pudo. Tuvo tanta acogida que pudo crear una red de contactos sustanciosa. En 1995 escapa a Berlín y finalmente en el 2006 se llevó a cabo la primera exposición de su obra en Montreal, y de ahí en adelante hasta que en el 2013 montó su propia editorial: Le pantalitaire.