«Estoy en la primera línea del campo de batalla», un poema inédito de Mercede Figueroa

Estoy en la primera línea…

No voy a pedir permiso para ser yo misma.

No vamos a pedir permiso para ser nosotras mismas, libres y felices.

No vamos a pedir permiso para crear y defender nuestros propios espacios.

Si me agredes, me asustas, me manipulas, me invades o me intimidas me defenderé.

Si me vuelves a agredir, acosar, intimidar, colonizar me volveré a defender.

Quiero vivir en paz aunque para ello tengamos que vivir en guerra.

Viviré en paz porque me defenderé de tu guerra.

Quizás, un día seas tú quien viva en guerra.

Eso me dejará en paz.

Déjadnos en paz y aprended a no vivir en guerra.

Déjate en paz.

No quiero ni tus violencias ni las del sistema neoliberal, patriarcal, racista y heteronormativo.

No quiero tus leyes ni tus fronteras.

Me defenderé, una y otra vez.

Es lo que llevamos haciendo durante toda la historia del mundo.

Nuestras cuerpas resisten porque somos agua, fuego, aire, tierra, metal.

Aprendemos a defendernos y a vivir resistiendo y amándonos.

Mi deseo es profundo y la capacidad de desear de mi cuerpa es infinita.

Nuestras cuerpas son infinitas.

Nos seguiremos defendiendo de vuestras violencias.

Seguiremos queriéndonos a nosotras mismas con ternura.

Hay territorios en nuestras cuerpas que son inviolables e inapropiables.

Me doy el permiso a mi misma para defenderme de tu violencia.

Me doy el permiso a mi misma para defender de mi propia violencia.

Me doy el permiso de desear con toda la fuerza de la historia de las mujeres que se aman y han

amado, en todo momento, a sí mismas. Me doy todo el permiso para amarme, una y otra vez.

Me doy permiso para liberarme y ser libre.

Me doy permiso para decodificar mis propias prácticas patriarcales.

Y seguiré siendo bella y seguiré siendo imperfectamente rebelde.

Y seguiré, y seguiremos, día tras día, generación tras generación defendiéndome, defendiéndonos,

liberándome, liberándonos y cuidándome, y cuidándonos.

No me abandonaré. Me acompañaré siempre.

No bajaré la guardia.

Estaré en pie de paz.

Porque estoy en la primera línea del campo de batalla, Mi Cuerpa.

Lectura en el acto «Toma la noche», enero 2015, Sevilla.


NO ES NO

Mercede Figueroa (Jerez, 1982) es activista feminista. Sus poemas los ha recitado desde y con las entrañas en manifestaciones, acciones de calle, en escenarios de teatro y entre las amigas. Polifacética e investigadora escénica, en espacios de laboratorio y en la vida real, es una artista para la vida. Cree firmemente en que hay que crear condiciones de vida para que la poesía se enraíce en cuerpos-territorios situados en zonas temporalmente autónomas.

Documentum: el archivo vivo de la memoria

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Volvemos a traer un libro de la poeta Sara Herrera Peralta, esta vez su último poemario, Documentum, premiado en el Carmen Conde de Poesía 2014. Desde la primera página, a través de varias citas de Louise Bourgeois, Sara nos da la bienvenida a un mundo poético y a una concepción existencial en la que bastan dos actitudes: la primera, documentar los recuerdos; la segunda, vencer al miedo. Ambas son igual de importantes para la supervivencia.

Su último poemario publicado es un cuidado homenaje a las escritoras europeas más aclamadas: además de Bourgeois, desfilan Plath, Colette o Beauvoir como compañeras y maestras en la escritura y en la vida. La autora revisita algunos de los temas que ya tratara en Hay una araña en mi clavícula (2012): la emigración actual de las y los jóvenes españoles, la familia, las injusticias o la muerte… con poemas que entremezclan la nostalgia, la rabia y la fuerza: «He ganado las cosas», afirma, «que ganan los que pierden», «a abrazar por el auricular / de los teléfonos».

El sujeto poético de Documentum es la emigrada, la que a pesar de todo de siente lejos y necesita articular las pérdidas, dando así voz a toda una generación de mujeres y hombres cuya huida «es una necesidad impuesta». Una huida siempre desde el Sur hacia el Norte, en una misma Europa llena de contrastes y de fisuras.

Un poemario donde la crítica al capitalismo se combina con una reivindicación de la memoria y los afectos. Sara nos recuerda que debemos continuar alimentándonos de literatura, y sobre todo de poesía. Para sanar las heridas abiertas y continuar luchando por un futuro más digno.

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Documentum ha sido publicado por Ediciones Torremozas en 2014

Sara Herrera Peralta (Jerez de la Frontera, 1980) es poeta y diseñadora gráfica. Ha publicado los poemarios La selva en que caí (2007), De ida y vuelta (2009), Sin cobertura (2010), Provocatio (2010), Shock (2011), Mamá era Ilsa Lund al principio de todo (2012), Hay una araña en mi clavícula (2012), Quien mire hacia abajo, pierde (2013) y Documentum (2014). Ha recibido importantes premios literarios, como el Premio de Poesía Voces Nuevas (2007), el Premio Internacional de Poesía Joven Martín García Ramos (2008), el Premio Ana de Valle (2009) y el Premio Carmen Conde (2014) por Documentum. Sus poemas han aparecido en numerosas antologías y revistas tanto de España como de Francia, Italia e Hispanoamérica.

La luz que más me llama: poética del (des)amor lesbiano

A ti pude enseñarte lo que nadie sabía

-que soy alegre, que gusto de la vida-

y yo aprendí de ti -quién lo diría-

la tristeza más honda que conozco.

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Beatriz Gimeno es bastante conocida por su activismo feminista y lesbiano, así como por su participación en distintos medios digitales. Sin embargo, su producción literaria, concretamente poética, es prácticamente desconocida para sus seguidoras. Hoy os ofrecemos la oportunidad de acercaros a uno de los pocos poemarios construidos a partir del deseo de una mujer por otra. Del amor entre ambas mujeres, y de sus diferentes fases.

En los poemas de La luz que más me llama predomina el tono confesional y un lenguaje claro, sencillo, sin grandes ostentaciones. El objetivo es comunicar las fases del amor desde la experiencia lesbiana. En un principio, se nos aparece la mujer ocupada por el mandato patriarcal. Una mujer que va liberándose a través del deseo y sus laberintos, quedando atrapada en las redes del amor: delicioso trance atravesado por la cercanía de dos mujeres que se aman.

Gimeno consigue algo extraño en nuestra literatura: dar voz a la experiencia erótica lesbiana. Y, aunque tal vez no entre en sus pretensiones, este libro parece acabar llegando a una conclusión muy actual: el fracaso del amor monógamo y romántico entendido como totalidad vital. Ese amor que podría entrañar y de hecho entraña la traición, los celos, el fracaso, la falta de empatía y de comprensión. La mayoría de las veces acaba, sencillamente, en desengaño.

El amor es una forma de vencer el paso del tiempo. No obstante, si la vida es corta, breve ha de ser también el amor. La poesía, en cambio, es un proceso de sanación de los amores fallidos. Beatriz lo sabe, y este es el resultado.

La luz que más me llama

La luz que más me llama se publicó en Olifante Ediciones de Poesía en 2009


Beatriz Gimeno (1962, Madrid) es escritora, política y activista por los derechos LGTB. Fue presidenta de la Federación Española de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de 2003 a 2007. Es diputada de Podemos en la Asamblea de Madrid. Colabora en medios digitales como El Diario la Revista Píkara. Ha publicado los ensayos La prostitución (Bellaterra, 2012), La construcción de la lesbiana perversa (Gedisa, 2007) y La liberación de una generación: historia y análisis político del lesbianismo (Gedisa, 2006). Editó el volumen Primeras caricias: 50 mujeres cuentan su primera experiencia con una mujer (Ediciones de la Tempestad, 2002). Ha publicado también el libro de relatos Sex (Editorial Egales, 2008) y la novela Deseo, placer (Inéditor, 2009).

Las desterradas hijas de Eva: un recorrido por los testimonios de las otras víctimas del franquismo

La historia y situación personal de cada una se mantendría en secreto como formando parte de su pena o vergüenza. Hijas de presos y presas, huérfanas, víctimas de abusos y violaciones, rebeldes con causa, ajenas a su voluntad, al mundo en general, sometidas bajo los yugos de un país que acababa de estrenar aquella soñada democracia. Ellas padecieron los restos del naufragio.

Pocos libros he leído que me hayan provocado tantos sentimientos contradictorios: una mezcolanza de admiración, rabia e impotencia. Admiración a todas aquellas mujeres que, habiendo sido humilladas por un régimen autoritario, fueron capaces de abandonar el silencio más atroz para testimoniar cómo eran tratadas por desviarse, aunque fuera mínimamente, de la moral que el nacionalcatolicismo esperaba de ellas. Rabia por todas las injusticias perpetradas en lugares, hoy abandonados o rehabilitados, como el Reformatorio de San Fernando o la Maternidad de la Almudena. E impotencia porque aún hoy no se han esclarecido los numerosos robos de hijos e hijas por parte de las monjas, robos que se llevaron a cabo aprovechando la absoluta falta de recursos y de autoestima de sus madres. Hijos e hijas nacidos de violaciones, pero también de relaciones prohibidas. Hijos, hijas y madres que aún hoy se buscan desesperadamente tratando de reconstruir su historia:

Algunas firmaban coaccionadas (…) Se encargaron de intentar que odiásemos a nuestros propios hijos, y en algunos casos llegaron a conseguirlo. Si quieres salir antes de aquí, entrega al niño y podrás marcharte. Eso nos decían.

En medio de esta situación de amnesia generalizada, Consuelo García ha llevado a cabo una extensa investigación y ha recogido muchos testimonios que nos hablan no solo de recuerdos, sino de verdaderos traumas y secuelas. Esta valiente periodista ha metido el dedo en la llaga de una de las muchas asignaturas pendientes en España. Su enérgica labor es admirable, y gracias a ella podemos conocer un poco más de la niñez y la juventud de estas mujeres.

Mujeres que se han visto obligadas a olvidar para poder sobrevivir, junto con otras que han luchado para que estos crímenes se conocieran. A pesar de que los casos de los niños robados fueron los más sonados en los medios de comunicación, estas mujeres también sufrieron hacinamiento, malnutrición y maltratos tanto físicos como psicológicos. El objetivo era que desapareciera cualquier atisbo de rebeldía.

Fueron muchas las mujeres encerradas por salirse de la norma y por cuestionar, muchas veces de forma inconsciente, el férreo sistema patriarcal durante el franquismo. Algunas intentaron quitarse la vida; otras lo consiguieron. Soñaban con escapar, porque ninguna de ellas era capaz de imaginar la tortura que les esperaba al otro lado de la valla.

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Las desterradas hijas de Eva fue publicado en 2012 por Algón Editores


Consuelo García del Cid Guerra (1958, Barcelona) es escritora e investigadora. Dirige el periódico digital Tenemos la palabra. Ha publicado el libro de relatos Por lo que hemos sido y la novela Una enjundia de nada, que resultó finalista en el Premio de Elyssée de Novela. Como poeta ha sido incluida en las siguientes antologías: Nueva Poesía Castellana y Peliart. En 2014 publicó su última novela, Librada, que reseñaremos próximamente.

«Memoria por correspondencia»: las cartas que revelan la terrible infancia de Emma Reyes

Yo pienso como tú, que un niño de cinco años que lleva una vida normal no podría reproducir con esa fidelidad su infancia. Nosotras, tanto Helena como yo, la recordamos como si fuera hoy y la razón no te la puedo explicar. Nada se nos escapaba, ni los gestos, ni las palabras, ni los ruidos, ni los colores, todo era ya claro para nosotras.


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Emma Reyes junto a su amigo y confidente el historiador Germán Arciniegas

La historia de Emma, aquella que comenzaba en el abandono más absoluto, era desconocida para la mayoría de las personas que se encontraban a su alrededor. El pacto que hicieron su hermana Helena y ella, siendo apenas unas niñas, fue el del silencio. Y así fue, al menos por su parte, hasta que se decidió a contarle a su amigo Germán todo aquello que había vivido, con la nitidez del recuerdo más ingenuo y aterrador.

Algunos años después de la muerte de Emma, acaecida en 2003, se publicaron las cartas que envió a Germán. El resultado es Memoria por correspondencia, un libro intergenérico donde se combinan el género epistolar y autobiográfico, con la novedosa incorporación de una narradora que es la misma Emma que vivió los hechos, y no la reconocida pintora afincada en París. La adopción de este punto de vista permite que la narración se vea salpicada de un incrédulo sentimiento de desposesión que deja entrever ciertos episodios de gran crudeza. En ocasiones, Emma narra sus vivencias como si se tratara de una novela de ficción. A excepción de unas pocas frases, especialmente aquellas fórmulas de cortesía en las que se dirige de forma explícita a su amigo, parece que hubiera una frontera infranqueable, una distancia creada expresamente para contener el dolor.

Una obra, en definitiva, que destaca por una vertiginosa narración, la cual permite a Emma recrear su propia infancia con la través de los ojos de la niña observadora que  antaño fue. Cartas como pinceladas de cuadros inacabados, donde quedan aún demasiados interrogantes. Quizá su escritura fuese la única manera de que ella lograse reconciliarse con un pasado que la persiguió hasta después de la muerte.

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Memoria por correspondencia de Emma Reyes

ha sido publicado en 2015 por Libros del Asteroide


Emma Reyes (1919-2003) fue una pintora y dibujante colombiana. Formada en París, trabajó en el estudio de Diego Rivera en México y más tarde en Italia. En 1960 se instaló en Francia, país en el que viviría hasta su muerte. Memoria por correspondencia es su única obra, publicada póstumamente tal y como ella exigió a la familia de Germán Arciniegas, su confidente y el mismo que la animó a contar su historia. El libro se publicó por primera vez en Colombia en 2012, y cosechó tal éxito que fue elegido «libro del año».

*La imagen destacada pertenece a una pintura de Emma Reyes titulada Rostro, realizada en 1958. Ha sido tomada de este blog.