‘SUS OJOS MIRABAN A DIOS’: EL PODER DE LAS MUJERES AFROAMERICANAS, POR ZORA NEALE HURSTON

Los barcos en la distancia llevan los deseos de cada hombre a bordo. Para algunos, vienen con la marea. Para otros, navegan para siempre en el horizonte, nunca fuera de la vista, nunca en tierra, hasta que El que Observa aparta la mirada en resignación, el Tiempo burlándose de sus sueños. Esta es la vida de los hombres.

Ahora, las mujeres olvidan todas las cosas que no quieren recordar, y se acuerdan de  todo lo que no quieren olvidar. Sus sueños son la verdad. Entonces actúan y hacen cosas en consecuencia

‘Sus ojos miraban a dios’ leído en el siglo XXI no se puede considerar un libro feminista al uso. En sus páginas podemos ver cómo el que es presentado como el gran amor de Janie, la protagonista, un hombre que es a todas luces ‘bueno’ bajo la óptica en la que lo describe Zora Neale Hurston, la abofetea en uno de los capítulos, tan sólo para demostrar quién es el que manda en su casa, sin que se le dé más importancia al asunto.

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Zora Neale Hurston

Sin embargo, ‘Sus ojos miraban a dios’ leído en 1937, el año en el que fue escrito, debió de ser una rebelión. Su autora cometió un acto revolucionario con el mero hecho de escribir una novela y centrarla en una mujer afroamericana como ella, separada de la esclavitud por apenas dos generaciones, que acaba revelándose contra una sociedad que no deja de juzgarla.

Gente fea de ignorancia y rota de ser pobre

La vida de Janie es narrada a través de sus relaciones con diferentes hombres en su vida. Obligada a casarse a los diecisiete años, es cierto que Janie huye de su primer marido por amor, pero vemos cómo la personalidad rebelde que se adivina en ella es dominada por su segundo marido. La muerte de este supone una liberación, y de ella surge una mujer que vence el miedo impuesto por su abuela de quedarse sin la protección de un hombre y de liberarse de una sociedad patriarcal que la ata sin cadenas.

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Esta sociedad que juzga a Janie es enteramente negra. Los personajes blancos son marginales, y no aparecen en la historia sino como terceras personas mencionadas en relación a los personajes afroamericanos. Sin embargo, el racismo sí es un tema presente en la novela de Hurston, especialmente evidente en el personaje de la señora Turner, una mujer afroamericana de piel más clara que sus vecinos que desprecia a estos en base a la oscuridad de su piel y trata de convencer a Janie de la existencia de diferentes grados en la escala de identidad negra.

De todas maneras, ‘Sus ojos miraban a dios’ es principalmente un reflejo de la lucha cotidiana de una mujer en los Estados Unidos de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, anómalo  por el hecho de ser narrado desde una perspectiva única y muy a menudo silenciada en la historia estadounidense, el de las mujeres afroamericanas. Esta es una de las razones por las cuales la historia de Janie se ha convertido en una novela esencial en la historia de la literatura escrita por mujeres, por una valentía nacida de la necesidad de explicar al mundo desde otra perspectiva.

BIOGRAFÍA

Una de las autoras más representativas de la corriente literaria surgida en los años 20’ del siglo pasado en Nueva York conocida como el Renacimiento de Harlem, Zora Neale Hurston nació en Alabama en 1891. Pronto se trasladó con su familia a Florida, al pueblo de Eatonville, uno de las primeras ciudades en las que la población era enteramente afroamericana en ser incorporados a los Estados Unidos. Esto influenció a la joven Hurston cuando comenzó a escribir al principio de los años 20’, tras haberse matriculado en la universidad Howard, en Washington D.C. La polémica la persiguió dentro del movimiento debido a sus ideas republicanas, en contraste con la afiliación comunista de los más importantes escritores afroamericanos del momento, y su oposición a la integración de blancos y negros en los Estados Unidos, pues temía que la cultura afroamericana se perdiese tras esta integración. Esto la acabó llevando a retirarse de la vida pública, muriendo en Florida en 1960.