Las desterradas hijas de Eva: un recorrido por los testimonios de las otras víctimas del franquismo

La historia y situación personal de cada una se mantendría en secreto como formando parte de su pena o vergüenza. Hijas de presos y presas, huérfanas, víctimas de abusos y violaciones, rebeldes con causa, ajenas a su voluntad, al mundo en general, sometidas bajo los yugos de un país que acababa de estrenar aquella soñada democracia. Ellas padecieron los restos del naufragio.

Pocos libros he leído que me hayan provocado tantos sentimientos contradictorios: una mezcolanza de admiración, rabia e impotencia. Admiración a todas aquellas mujeres que, habiendo sido humilladas por un régimen autoritario, fueron capaces de abandonar el silencio más atroz para testimoniar cómo eran tratadas por desviarse, aunque fuera mínimamente, de la moral que el nacionalcatolicismo esperaba de ellas. Rabia por todas las injusticias perpetradas en lugares, hoy abandonados o rehabilitados, como el Reformatorio de San Fernando o la Maternidad de la Almudena. E impotencia porque aún hoy no se han esclarecido los numerosos robos de hijos e hijas por parte de las monjas, robos que se llevaron a cabo aprovechando la absoluta falta de recursos y de autoestima de sus madres. Hijos e hijas nacidos de violaciones, pero también de relaciones prohibidas. Hijos, hijas y madres que aún hoy se buscan desesperadamente tratando de reconstruir su historia:

Algunas firmaban coaccionadas (…) Se encargaron de intentar que odiásemos a nuestros propios hijos, y en algunos casos llegaron a conseguirlo. Si quieres salir antes de aquí, entrega al niño y podrás marcharte. Eso nos decían.

En medio de esta situación de amnesia generalizada, Consuelo García ha llevado a cabo una extensa investigación y ha recogido muchos testimonios que nos hablan no solo de recuerdos, sino de verdaderos traumas y secuelas. Esta valiente periodista ha metido el dedo en la llaga de una de las muchas asignaturas pendientes en España. Su enérgica labor es admirable, y gracias a ella podemos conocer un poco más de la niñez y la juventud de estas mujeres.

Mujeres que se han visto obligadas a olvidar para poder sobrevivir, junto con otras que han luchado para que estos crímenes se conocieran. A pesar de que los casos de los niños robados fueron los más sonados en los medios de comunicación, estas mujeres también sufrieron hacinamiento, malnutrición y maltratos tanto físicos como psicológicos. El objetivo era que desapareciera cualquier atisbo de rebeldía.

Fueron muchas las mujeres encerradas por salirse de la norma y por cuestionar, muchas veces de forma inconsciente, el férreo sistema patriarcal durante el franquismo. Algunas intentaron quitarse la vida; otras lo consiguieron. Soñaban con escapar, porque ninguna de ellas era capaz de imaginar la tortura que les esperaba al otro lado de la valla.

9788493840792

Las desterradas hijas de Eva fue publicado en 2012 por Algón Editores


Consuelo García del Cid Guerra (1958, Barcelona) es escritora e investigadora. Dirige el periódico digital Tenemos la palabra. Ha publicado el libro de relatos Por lo que hemos sido y la novela Una enjundia de nada, que resultó finalista en el Premio de Elyssée de Novela. Como poeta ha sido incluida en las siguientes antologías: Nueva Poesía Castellana y Peliart. En 2014 publicó su última novela, Librada, que reseñaremos próximamente.

«Historia clínica», un hipocondríaco poemario de Carolina Jobbágy

Hidrofobia

Pudo tratarse de tifus

esos perros

muertos en la calle

pero al tercer o

cuarto día

los ganglios inflamados

sentado en el jardín

deja

que el cielo se deslice

inevitable

ruptura de moléculas

adelgazan 

y se arrugan

por el muro sigue

tibio

un cambio de luz

hasta aceptar el color gris

entre sus dedos

acumula

datos clínicos

el curso lento de la enfermedad.


Carolina Jobbágy nació en Buenos Aires en 1975, aunque actualmente reside en Barcelona. Hasta ahora, ha publicado el libro de poemas Tabla periódica (en 2012) y esta Historia clínica en 2014. Parte de los poemas de Historia Clínica la hicieron ganadora del premio La Voz + Joven de la Obra Social Caja Madrid en 2007. Además de esto, su poesía está recogida en varias antologías, revistas y suplementos literarios de Argentina, Brasil, Alemania y España.

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En Historia clínica, Carolina Jobbágy nos ofrece un poemario extremadamente original y estructurado, casi como si fuera una base de datos del dolor; una base de datos que, más allá de darnos todos los detalles, presenta esbozos de las heridas de un paciente hipotético, de un sujeto universalizado. Historia Clínica son secuencias rotas, imágenes del deshielo (a pesar de que el libro esté dividido en dos partes diferenciadas: invierno y verano). Los poemas nos producen algo, la rotura de una fibra, un acercamiento a la enfermedad.

Jobbágy  ha escogido bien los nombres, creando una suerte de catálogo enfermizo que somatiza al lector y lo arrastra al cosmos del poemario. Sin embargo,  son estos poemas que no acaban de tener una conclusión. La autora palpa la conclusión sin acercarse, sin rematarla; cada pieza de este libro es como la semilla del poema; una semilla que no llega a germinar. Bien es cierto que se reconocen irremediablemente angustiosos, muy personales, todos ellos hablan para el epicentro del propio sujeto que se enfrenta a la situación, pero en ocasiones este intimismo acaba por resultar incomprensible.

Una historia clínica bien pensada a la que acaban por faltarle demasiados diagnósticos.

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Historia clínica, de Carolina Jobbágy, está editado por Kriller 71 Ediciones.