En el año 2016 apareció uno de esos libros en los que el límite entre realidad y ficción se resquebraja a través de la literatura. Elvira Navarro escribía una novela titulada Los últimos días de Adelaida García Morales ficcionando, a través de una anécdota bastante triste, los últimos días de esta escritora afincada en Sevilla. El libro me llegó una buena mañana sin que lo hubiésemos encargado. Permaneció en las estanterías de la casa de mis padres, en Sevilla, y lo traje a París en una de mis incursiones al sur.
Esta novela corta, de gran potencia, narra fundamentalmente dos historias. Una, efectivamente, es la de los últimos días de Adelaida García Morales, una escritora que conoció una fama efímera, con obras notables como El Sur, llevada al cine de la mano de su ex-marido, Víctor Erice. Adelaida aparece en la Concejalía de Cultura de Sevilla para pedir 50 euros y poder visitar a uno de sus hijos en Madrid. A partir de esta anécdota que comunica una trabajadora de la Delegación de Igualdad a Elvira, esta construye la novela. Y, como bien indica en la sección final de «Aclaraciones», el resto de lo que se narra es ficción.
La otra historia, narra el proceso de creación de un documental homónimo sobre los últimos días de Adelaida. En él, la realizadora emplaza a tres figuras cercanas a Adelaida en un edificio del barrio del Polígono Sur para que cuenten lo poco, o lo mucho, que saben sobre ella. Quizá, esta segunda historia, que se construye en paralelo a la primera, sea un comentario en clave metaliteraria sobre la escritura de la propia novela, y sobre la propia Elvira.
Se dará cuenta de que la cadena de pensamientos de aquel lejano día la ha reproducido luego no pocas veces, sin llegar nunca a reconocer que ese miedo a que la identifiquen con lo femenino, y por tanto a que la desprecien, está dentro de ella, e intuyendo que no ha dejado de suponer ese desprecio hacia lo femenino como cause del ninguneo a la autora, cuando lo más probable es que el olvido de García Morales se deba a que su producción se convirtió, a partir de cierto momento, en mimética y poco ambiciosa…
Lectoras y lectores pueden extraer diversas conclusiones de un libro que sin duda ha tenido una acogida polémica. De un lado, Elvira rinde un bello homenaje a una autora andaluza ciertamente enigmática, para la que la fama nunca importó demasiado y que escribía «desde la memoria. (…) El éxito y la publicación de mis novelas me dejan fría». Este homenaje literario sirvió para rescatar la figura de Adelaida en los medios de comunicación, especialmente en la prensa escrita, pero provocó también algunas críticas, especialmente del ya citado Víctor Erice, quien entendió la novela como un relato verdadero de los últimos días de su ex-mujer. La novela se construye también como una crítica al abandono de las instituciones culturales en España, recordándonos los olvidos, memorando las ausencias de todas las mujeres que un día se decidieron a coger una pluma, un lápiz, un bolígrafo.
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Elvira Navarro (Huelva, 1978) es escritora y licenciada en Filosofía por la UCM. Ganó en 2004 el Certamen de Jóvenes Creadores del Ayuntamiento de Madrid, y entre 2005 y 2008 disfrutó de una beca de creación en la Residencia de Estudiantes. Ha publicado: La ciudad en invierno (Caballo de Troya, 2007) y La ciudad feliz (Mondadori, 2009), la novela La trabajadora (Random House, 2014) y Los últimos días de Adelaida García Morales (Random House, 2016). Ganó el XXV Premio Jaén de Novela y del IV Premio Tormenta al mejor nuevo autor, y recibió la distinción de Nuevo Talento Fnac. Fue incluida en 2010 en la lista de los 22 mejores narradores en lengua española menores de 35 años de la revista Granta. En 2013 fue elegida una de las voces españolas con mayor futuro por la revista El Cultural. Igualmente, ha colaborado en El Cultural, Quimera, Público y eldiario.es, entre otros.