La voz de las silenciadas. «Pasión de Historia y otras historias de pasión», de Ana Lydia Vega

¿Cómo decir la muerte de Malén? ¿En boca de quién ponerla? ¿De la vecina temerosa que no abrió la puerta? ¿Del retén del cuartel, eslechado de admiración ante el relato del asesino que se entrega? ¿Del amante de turno, apestoso a cerveza y nicotina, mientras oye por radio el final de su soirée frustrada? ¿Del estudiante de medicina que levanta la sábana y queda hipnotizado por la carne marcada de una mujer ausente? ¿Quién contaría a Malén, quién diría la verdad, si ella estaba muerta? (Del relato “Pasión de Historia”)


Por Amelia Gestoso Pérez

Nacida en Santurce, Puerto Rico, Ana Lydia Vega es una de las narradoras de finales del siglo XX más destacadas de su país. Sus relatos han recibido el elogio unánime de la crítica y figuran en importantes antologías latinoamericanas, norteamericanas y europeas del género. Vírgenes y mártires, libro que recoge sus primeros cuentos, fue un resonante éxito de librería. Encancaranublado y otros cuentos de naufragio obtuvo el premio Casa de las Américas en 1982. Pasión de Historias y otras historias de pasión reúne una serie de relatos de corte policial-humorístico que sirven de pretexto para la sátira social y la parodia literaria. Ganó en París el premio Juan Rulfo internacional en 1984.

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Con Pasión de Historias y otras historias de pasión Ana Lydia Vega nos presenta un magnífico libro de relatos tremendamente ágil e inteligente. Dividido en dos partes, encontramos una primera que contiene “Pasión de historia”, “Ajustes S.A.”, “Tres aeróbicos para el amor” y “Caso omiso” y una segunda con “Delito sin cuerpo”, “Más acá”, “Salto vital” y “Sobre tumbas y héroes”. A pesar de la enorme complejidad que presenta podríamos decir que se enmarca dentro de la denominada literatura postmoderna. Esto se debe a la dificultad que encontramos para delimitar el género -el cual podría corresponderse a la parodia a caballo entre la novela negra y la gótica-; a los diversos formatos utilizados a lo largo del libro -narración en primera persona, epistolar, diario, periodístico, judicial…-; a las continuas referencias intertextuales a filósofos, literatos, personajes, películas y directores de cine; a la metanarración.

Con todos estos elementos la autora construye una serie de historias que pretenden desenterrar la voz de los silenciados, de los olvidados. Para ello se nutre de dos núcleos temáticos principalmente relacionados con las jerarquías sociales y la violencia ejercida desde el poder. Parte de la investigación detectivesca en clave humorística para denunciar, por un lado, la estructura patriarcal que, además de justificar y esconder el feminicidio, mantiene los roles de género. La autora trata de visibilizar los comportamientos tan normalizados en esta línea. Por otro lado y manteniendo una fuerte relación con lo señalado, pone de manifiesto la necesidad de rescatar para la identidad nacional a los caídos en la causa independentista puertorriqueña. Todo esto acompañado de una continua reflexión sobre la creación literaria y la relación del texto con el receptor o lector que nutre la trama de referencias metaliterarias y de un uso del lenguaje que es, sin duda, un acierto, plagado de neologismos, anglicismos, vulgarismos e indigenismos.

Ana Lydia Vega es, a todas luces, una de las voces más originales del panorama narrativo antillano y una más que recomendable opción si se busca una literatura que nos aporte algo más que mero entretenimiento.

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Pasión de Historia y otras historias de pasión fue publicado por Ediciones de la Flor en 1987.