Poética intestinal: «alambres», la opera prima de Lola Nieto

término aquí

quizá

terminarlas todo cuanto

ellas hicieron perséfone árbol

de su vientre detiene en sí

/y muge daño/

humana indigna vergüenza

Me gusta enfrentarme a los libros como si mi mente fuera una tabula rasa; sin consultar biografías ni reseñas de la autora y el libro en cuestión, para conseguir un acercamiento más puro (aún a sabiendas de que esa pureza en los acercamientos es improbable). En ciertas ocasiones, este método me conduce al silencio. A la estupefacción. Voy anotando ideas junto a cada poema, pero me cuesta trabajar un texto cohesionado. Quizá porque parto de un texto, el de Lola, que poco se parece a lo que había leído antes. Sin duda, ese es el primer atractivo de alambres.

alambres se construye de breves enunciados, ráfagas a veces, divididos en barras como esta / que subrayan quizá una discontinuidad, un destello. Pequeños enunciados que anuncian lo que no dicen, que yacen en la potencialidad. alambres es desorden, ilogicidad, ocupación total de un nombre, donde una figura mítica como Perséfone es al tiempo un llamamiento. El lenguaje relacionado con el mundo animal (caimanes, escamas, ratones…) así como el uso reiterado de diminutivos propios del mundo infantil confieren al discurso poético una extrañeza sin parangón. Entreveo, igualmente, la anunciación de un discurso animalista, que corroboro tras leer estos brillantes fragmentos, de una entrevista y un poema:

Me gustaría que aprendiéramos a mirar como miran los perros, así. Da igual que alguien escriba o no. Escribir no es importante. Aprender a mirar como un perro, sí.

(extraído de la entrevista a la autora en Psychonauts)

animalita que de mí eres

soy               siamesas

esta herida que tú

donde lengua y saliva vuel-

co

La autora se reitera en lo que califico como sinsentido, sabiendo que me equivoco. Pero me estoy refiriendo a esa ausencia de relación entre los elementos sintácticos y sus respectivos significados. A pesar de esto, se advierte una musicalidad que viene reforzada por esa discontinuidad, esa «sutura imposible», tal y como hábilmente aprecia Raúl Quinto en la contraportada. Intuyo, también, que el «decir lo indecible» en alambres se relaciona con una advertida dificultad de plasmar con palabras la realidad extralingüística. Sin embargo, lo que se vislumbra como propuesta es una escritura desde lo fisiológico, concretamente desde lo intestinal:

Mi órgano pensante es el intestino. Intestinal es mi contacto con el mundo. Escribo y defeco y no son actos distintos.

La propuesta, quizá, sea una metamorfosis vegetal del lenguaje:

de lenguaje                  a

onomatopeya de plancton

No exenta, sin embargo, de elegancia. En la segunda parte de alambres, titulada, como la primera, «guión», cambia la forma: esta vez no hay versos sino prosa. A este respecto, la autora señala que «estaba escribiendo prácticamente lo mismo pero en dos registros distintos». La empatía hacia el mundo animal se hace más patente y el recuerdo de la perra negra es reiterativo. Lola se centra en la experiencia íntima, situacional y anecdótica de esa fractura entre dentro y fuera, entre el yo y el mundo. En el último poema en prosa, advierte: «Me hago a mí misma deforme y libre«. Exactamente de la misma manera que escribió alambres.
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alambres se publicó en kriller71, colección púlsar, en el año 2014

Para leer más:

Entrevista en el blog de la Editorial Kriller71

Conversación en el blog Las voces espirales


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Lola Nieto (Barcelona, 1985) es poeta y profesora de literatura. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Barcelona, cursó un año de estudios en París y actualmente prepara su tesis doctoral. Es consejera de redacción y colaboradora habitual  de la Revista Kokoro. Ha escrito artículos de crítica literaria en numerosas revistas como Sesión no numerada, Calidoscopio, Ómnibus, Las Nubes o Contrastes. Alambres es su primer libro.

La búsqueda de la identidad femenina a través de los «Espejos de las fugaces» de Joumana Haddad

Ahora que estoy dormida. Ahora que duermo, puedo hablar. Abro la boca y corren lobos en su interior. Y grito: vida, déjame beber tu sangre. Déjame encajar mis dientes en tu cuello de bestia, ahí donde, por mí, palpita la vena de tu odio silencioso. Déjame matarte vida, para que me poseas. Para que yo posea mi vida.

Joumana Haddad (Beirut, Líbano, 1970) es una poeta, traductora, y periodista, ademas de ser la redactora jefe de Jasad, una polémica revista especializada en el cuerpo y el erotismo, siendo esta la primera editada en el mundo árabe, y por la cual ha recibido múltiples amenazas de muerte. Ha publicado libros en lenguas diferentes, así como diversas obras de traducción, en las cuales están una antología de la poesía libanesa moderna publicada en España. Entre sus obras mas prolíficas cabe destacar El retorno de Lilith (2006), Yo maté a Scherezade (2011), o Superman es árabe (2014).

JH by Giorgio Pace- 2008

Espejos de las fugaces está dividida en dos partes. En una primera, indaga y profundiza de manera desgarradora en la idea de la muerte, jugando con su propio suicidio y recreando su entierro. En la segunda, repasa las causas y la realidad de los suicidios de 12 poetas contemporáneas -Sylvia Plath, Alfonsina Storni o Nilgun Marmara, entre otras- a través de una visión poética, religiosa y científica. Con una prosa poética sutil a dos voces, personalizada con diálogos y caligramas, la autora nos brinda un poemario repleto de imágenes detalladamente atroces, intimistas, sexualmente expíicitas, y tan macabras que incluso llegan al cinismo pero, a su vez, con un lenguaje sencillo y accesible:

En él, heredo a mi suegro mis dientes (delante de mi se dispersaron, como fichas de dominó, en medio de la acera); el cinturón con el que solía amenazarme cuando llegaba borracho a casa; y mi miedo y mi miedo, para que entienda la diferencia entre su cobardía y el miedo. […] Pero a nadie, a nadie legaré mi boca: Pues de mi boca saltaré para escaparme.

Espejos de las fugaces es más que una obra maestra de la literatura árabe contemporánea. Es una oda a la vida y a la identidad femenina en medio de un ambiente religioso y cultural hostil, el cual condena el suicidio como la peor acción que pueda hacer el ser humano. Una oda frágil y profunda, pero tan provocadora a su vez, que no dejará indiferente a nadie. Joumana, a través de la editorial Vaso Roto, nos vuelve a demostrar que, en ocasiones, las palabras pueden ser más agresivas que los propios actos reivindicativos.

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Espejos de las fugaces ha sido publicado por Vaso Roto en 2010.