«Las lesbianas (no) somos mujeres», una magnífica colección de ensayos en homenaje a Monique Wittig

Por Carmen Diez Salvatierra

Hubo un tiempo en que no eras una esclava, acuérdate de ello. Andabas sola, te reías, te bañabas con la tripa al aire. Dices que has perdido todos los recuerdos de aquello, recuerda (…) Dices que no hay palabras para describir ese tiempo, dices que no existe. Pero recuerda. Haz un esfuerzo por recordar. O si eso falla, inventa.

Las guerrilleras, Monique Wittig


Las lesbianas (no) somos mujeres (Icaria, 2013) presenta una colección de ensayos críticos en torno a la obra de Monique Wittig (1935-2003) en el décimo aniversario de su fallecimiento. Una antología crítica como esta se hacía más que imprescindible en nuestro país, donde su obra es apenas conocida, traducida y mucho menos estudiada. Precursora de Judith Butler, sin la que hubiera sido imposible que hablásemos hoy de teoría queer, Monique Wittig fue a su vez una gran teórica feminista y una gran escritora. Tanto en su obra ensayística como literaria intentó dinamitar el sistema sexo/género y su potente ideología, que da título a su libro más conocido: El pensamiento heterosexual. Todas las autoras de este libro son académicas y activistas para quienes la obra de Monique Wittig ha resultado crucial, en el terreno tanto profesional como personal.

Seis son los artículos que conforman esta antología, valorando no sólo la importancia del pensamiento wittigiano en las inolvidables luchas de los 70, sino también su actualidad en un contexto de crisis. Crisis que no es ya únicamente económica, sino que atañe también a nuestros esquemas mentales fruto de construcciones sociales naturalizadas: hablamos de la deconstrucción de los binarismos de género. Para Wittig, la marca «mujer» no preexiste a la opresión: «mujer» es una categoría creada y después naturalizada a través del cuerpo biológico. Por eso, las lesbianas no son mujeres: están fuera del contrato heterosexual, y del pensamiento hegemónico que de él se deriva. No es casual que a las lesbianas se las haya estando llamando «marimacho», al ser mujeres que quedan fuera de la definición de mujer al uso.

La lesbiana tiene entonces un potencial liberador que lleva a Wittig a defender el feminismo lesbiano. No por ello cae en esencialismos, pero tal y como se afirma en esta antología, sí que hay diferencias aglutinables que conforman una oposición al pensamiento heterosexual imperante. Todo con el objetivo de acabar con la opresión de los hombres sobre las mujeres, para lo cual se hace necesario romper ese contrato heterosexual.

La obra literaria de Wittig, por desgracia, es aún menos conocida que su obra ensayística. En esta antología tendremos el placer de leer algunos lúcidos análisis acerca de obras tan rompedoras como Las guerrilleras. La literatura wittigiana trató de subvertir el género masculino, imperante en nuestro lenguaje. También de «universalizar lo particular» en la creencia de que la literatura, como una de las manifestaciones de la cultura, no sólo reproduce comportamientos sociales sino que también es capaz de producirlos. A este respecto afirma Fariña Busto, una de las ensayistas, «si hay un paraíso del contrato social, está en la literatura». La literatura sigue siendo crucial no sólo para comprender el mundo, sino también para transformarlo.

En esta obra escriben, además de Beatriz Suárez Briones, Isabel Balza Múgica, Elvira Burgos Díaz, María Jesús Fariña Bustos, Aránzazu Hernández Piñero y Gracia Trujillo Barbadillo.  Las lesbianas (no) somos mujeres. En torno a Monique Wittig ha sido publicada en 2013 por Icaria Editorial en la colección «Mujeres y culturas».