Silvia Sánchez Rog presenta una colección de relatos unidos por el humor futurista

 Eva y su clon idéntica están en la habitación de Eva. La original en la cama, deprimida, mientras que su clon se marcha para continuar con la vida que Eva no puede llevar ahora…


Silvia Sánchez Rog (Madrid, 1971) es escritora. Ha vivido en Berlín, Granada y Londres. Resultó finalista del Premio Libro de Cuentos Setenil (2007) y del Certamen Jóvenes Creadores, sección Narrativa, en 2006.  En el año 2007 ganó el V Premio de Narrativa Caja Madrid, gracias al cual publicó La mujer sin memoria y otros relatos (2007). Su segundo libro de relatos es El señor de Cuenca que pulsó un botón y desapareció y otras historias (2015). También ha publicado sus relatos en varias antologías y revistas, algunos de los cuales han sido traducidos al italiano y al francés.

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Si en La mujer sin memoria y otros relatos Silvia se empeñaba en radiografiar las relaciones urbanas cotidianas, en esta colección de relatos fantásticos el objetivo es mostrarnos un futuro próximo salpicado por grandes dosis de humor. Un humor que sirve de telón de fondo al conflicto que supone el desarrollo de las nuevas tecnologías: la rápida evolución de las formas de vida, los fallos en los sistemas, la rebelión de las máquinas inteligentes…

A lo largo de relatos como «Eva y Eva», «El lado bueno», «Infinidad de vidas» o «Días extraños» asistimos a la problemática de la clonación, la capacidad de volverse invisible, el desdoblamiento o las máquinas inteligentes. Todos estos hallazgos tecnológicos suponen, a priori, una salvación para las y los personajes de los relatos. Satíricamente, los inventos se les acaban volviendo en contra, hasta provocar una sensación ambivalente que fácilmente se traslada al lector y a la lectora. De esta manera Silvia nos hace reflexionar acerca de los límites entre el mundo real y el mundo virtual. 

La autora narra, de forma ágil y lúcida, las vidas humanas atravesadas por una evolución incontrolable. Una evolución cuyos resultados ella es capaz de vislumbrar críticamente. Estas breves historias no son pequeñas distopías que provoquen desazón; nos hacen pensar, mientras sonreímos, en los inimaginables efectos de unas vidas que cada vez nos pertenecen menos.

En definitiva, esta colección de relatos te hará disfrutar y contemplar desde un punto de vista irónico y divertido esos inventos que no tardarán en llegar y que transformarán, para bien o para mal, nuestras vidas.

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El señor de Cuenca que pulsó un botón y desapareció y otras historias ha sido publicado por la Editorial Amarante en este año 2015.

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La cotidianeidad en «Vidas de poetas», de Margaret Atwood

 

Él posaba la boca, llena aún de sueño, sobre la suya, y quizá la arrastrase de nuevo al dormitorio y a la cama con él, a aquella piscina líquida de carne, recorriera su cuerpo con la boca, placer peludo, la colcha cubriéndolos mientras se sumían en la ingravidez. Pero él llevaba tiempo sin hacerlo. Se levantaba cada vez más temprano, y a ella le costaba cada vez más salir de la cama. Estaba perdiendo aquella compulsión, aquella alegría, lo que quiera que la impulsase a salir al frío aire de la mañana, a llenar todos aquellos cuadernos, todas aquellas páginas impresas.


Margaret Atwood es una escritora canadiense nacida en Ottawa en 1939. Compagina su labor de escritora, de narrativa, poesía y crítica literaria, con el activismo social. Ha escrito obras tan reconocidas como La mujer comestible, Resurgir o El cuento de la criada y ha sido galardonada de diversas formas: tiene dieciséis títulos Honoris Causa, es miembro de la Royal Society de Canadá y miembro honorario de la Academia Norteamericana de las Artes y las Letras, entre otras cosas. Además pertenece al organismo Amnistía Internacional y preside junto a otras personas Birdlife International.

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Margaret Atwood enfoca los temas que trata en su literatura de un modo peculiar: desde el punto de vista, sobre todo, del problema de la identidad. Según la tesis de Josep Fontana, una nación se define por contraposición a las otras. Es el caso de Canadá, que nunca ha tenido una identidad demasiado fuerte, por oposición a Inglaterra y Estados Unidos. La escritora que nos ocupa, una de las personalidades intelectuales más reconocidas dentro del país, ha dedicado grandes esfuerzos a esta labor, pero no solo en relación a su país, sino también en forma de reflexión sobre los roles de género o metaliteraria, presentes en la obra que trataremos a continuación.

“Vidas de poetas” es un relato perteneciente a su libro Un día es un día, compuesto por doce cuentos escritos por la autora en diferentes momentos vitales y ordenados, según esto, en tres secciones: Infancia, madurez y vejez. El que comentamos pertenece al segundo grupo, en el que es fundamental la reflexión en torno a las relaciones de pareja y la profesión. Este en concreto nos muestra la crisis sentimental que atraviesan Julia y Bernie, una pareja de jóvenes que termina su tercera década de vida, que viven juntos y que pasan por un mal momento también profesional. Él es artista y acaba de impulsar una galería. Ella es una escritora que empieza a despuntar y que es capaz de conseguir algo de dinero para sobrevivir acudiendo a las lecturas poéticas, a pesar de lo mucho que le horrorizan. A raíz de un accidente que tiene en una de ellas, probablemente provocado por ese rechazo que siente, y mediante una serie de retrospecciones, conforma la escena que representa su vida en esos momentos, marcada por la insatisfacción, a todos los niveles.

La condición de escritora de Julia permite a la autora crear un relato que nos habla de esta profesión desde varios puntos de vista: por un lado, nos muestra su cara más desoladora: aquella que está sujeta a un mercado injusto y cruel, tanto que acaba consumiendo todo talento creador y toda energía vital. Se nos presenta como desencadenante de toda la infelicidad de los protagonistas. También reflexiona sobre la utilidad o la esencia de la literatura desde una posición que se cuestiona incluso sus niveles más profundos, relacionados con el problema de la identidad y de la función que cumple, tanto para el que escribe como para los que leen: “¿De verdad creía yo eso? ¿De verdad creía que el lenguaje podía agarrarme del pelo y auparme hasta hacerme asomar al aire libre? Pero si dejamos de creer, ya no podemos seguir haciéndolo, ya no podemos volar. De modo que aquí estoy, clavada a la silla”.

Es este un relato que, como la misma Atwood dice, no trata grandes temas ni conflictos sociales, simplemente habla de personas, de aspiraciones, de sueños, de, al fin y al cabo, la vida cotidiana. Y es esa, precisamente, la cuestión que lo dota de realismo e importancia.

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Un día es un día fue publicado por Lumen en 2013

«Me gustaría» una obra poliédrica de Amanda Mijalopulu

Normal es tener un trabajo que te saca todos los días de la cama y te cierra la llave de paso de los pensamientos. Vivir en una fábrica grande con ruidos y que te digan haz esto, haz lo otro, hora del descanso, come algo, duerme y, cuando nadie te vea, llora un poco si quieres. Son las seis pasadas, miércoles por la mañana, y nosotros vamos a tomarnos un par de aspirinas y a tumbarlos un rato. A sentirnos inútiles una vez más.


Amanda Mijalopulu (Atenas, 1966) es escritora. Estudió Literatura Francesa y Periodismo, oficio al que se dedicó como columnista en los principales periódicos de su país. Actualmente trabaja en el Centro Nacional del Libro de Grecia. Ha publicado novelas, cuentos y algunas obras destinadas al público infantil. Recibió el Premio de la Revista Revmata por Life is colourful outside (1994) y el Premio Diavazo por Wishbone Memories (1996). La traducción de Me gustaría ganó, también, el Premio Internacional de Literatura de la National Endowment for the Arts en los EE.UU el año en que se publicó, 2008. Su última novela se titula How to hide y fue publicada en 2010. Entre sus influencias más destacables están los grandes Borges y Calvino. Su obra ha sido traducida a más de diez idiomas.

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Poco sabíamos en España de Mijalopulu hasta que la editorial Rayo Verde publicó su primer libro de relatos, allá por el 2012. Hasta entonces no habíamos tenido la oportunidad de leer en español a esta autora. Toda apuesta entraña un riesgo, y en este caso, acertaron.

Me gustaría es, como reza su contraportada, «un texto de trece relatos», a lo que la autora añade, en una nota final: «versiones de una novela que no está escrita». De esta forma, los trece relatos son, al mismo tiempo, dependientes e independientes. Los personajes van saltando de uno a otro, pareciera que todo obedece a una misma desestructura en la que, si buscamos, hay nexos de unión. Una suerte de puzzle literario que combina surrealismo y, en ocasiones, elementos del realismo mágico y la narrativa más fantástica.

En los relatos hay desdoblamiento, dobles narradores, autorreferencialidad, historias dentro de historias, incluso una magistral no-entrevista con un Gran Escritor. Momentos que narran la sexualidad con gran crudeza, historias acerca de las dificultades de la maternidad, infidelidades que no son tales. Las historias que nos cuenta Mijalopulu se caracterizan por dos cosas, igual de importantes: la presencia de múltiples voces narrativas, y una ausencia de linealidad que choca frontalmente con la narrativa clásica y que, sin duda, se parece más a la vida que a la propia literatura.

Porque lo que le interesa a Amanda, al fin y al cabo, es desentrañar nuestro mundo real, el de todos los días. Y para ello, el relato es la forma narrativa más adecuada: «Prefiero los relatos. Son más cercanos a la escala humana. Las novelas son intentos desesperados de control; los poemas, delirios de grandeza.»

En definitiva, una obra rica en lecturas y desbordante de imaginación, en una edición magnífica y bellamente ilustrada para una de las pocas escritoras griegas accesibles a día de hoy en nuestra lengua.

Os dejamos aquí una entrevista a la autora.

Me gustaríaMe gustaría, de Amanda Mijalopulu, ha sido publicado por Rayo Verde Editorial en mayo de 2012.

El doble como estrategia de denuncia en “Cuando las mujeres quieren a los hombres”, de Rosario Ferré

Tú fuiste el culpable, Ambrosio, de que no se supiera hasta hoy cuál era cuál de las dos, Isabel Luberza recogiendo dinero para restaurar los leones de yeso de la plaza que habían dejado de echar agua de colores por la boca, o Isabel la Negra, preparando su cuerpo para recibir el semen de los niños ricos, de los hijos de los patrones amigos tuyos que entraban todas las noches en mi casucha alicaídos y apocados, arrastrando las ganas como pichones moribundos con mal de quilla, desfallecidos de hambre frente al banquete de mi cuerpo; Isabel Luberza la Dama Auxiliar de la Cruz Roja o Elizabeth Black, la presidenta de los Young Lords.

(“Cuando las mujeres quieren a los hombres”, Papeles de Pandora, 1976)


Rosario Ferré (1938) es una de las principales escritoras puertorriqueñas, quizás la única que goza de reconocimiento fuera de su país. Es autora de numerosos libros de relatos y novelas, así como de ensayos y poesías. De su producción destacan, sobre todo, Papeles de pandora, La casa de la laguna y A la sombra de tu nombre. Al pertenecer a una de las familias mejor posicionadas de la isla, su obra representa un ataque frontal a la burguesía del momento y a la estructura patriarcal. Recibió el premio “Liberatur Prix” en Frankfurt, Alemania, en 1992.

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En este relato, Rosario Ferré nos muestra, mediante una elaborada técnica en la que el punto de vista del narrador intercala la perspectiva de las dos mujeres protagonistas, la ruptura silenciosa de los roles de género. En el texto asistimos a la narración de las vidas de la mujer y de la amante de Ambrosio tras la muerte de este. La trama del cuento nos aleja de las clásicas narraciones en las que el hombre es siempre el personaje central para adentrarnos en las desventuras del personaje femenino, que suele ser secundario y un mero apoyo para definir al principal.

Ferré comienza con una muerte al más puro estilo de “El aleph» de Borges: anunciando el fallecimiento de Ambrosio, que se convertirá, al igual que Beatriz Viterbo, en un peculiar McGuffin, ese elemento que no está presente pero que condiciona toda la trama. Lo más interesante es que no es un juego puramente narrativo o estilístico: traspasa la estructura literaria para convertirse en un símbolo del androcentrismo de la sociedad. La autora nos muestra a estas mujeres que representan los dos esteorotipos clásicos: el ángel y el demonio, la donna angelicata y la femme fatale, la señora y la prostituta, la blanca y la negra. Lo que se propone es evidenciar cómo los roles que adoptan las mujeres han sido reducidos a una simple oposición binaria que no parte de ellas, sino del punto de vista masculino. 

La autora utiliza, en un magnífico juego de deconstrucción cultural, la figura del doble para integrar en uno los dos tipos de mujeres que han sido reconocido. Ya en la cita que utiliza como epígrafe del cuento, “Conocemos solo en parte y profetizamos solo en parte, pero cuando llegue lo perfecto desaparecerá lo parcial. Ahora vemos por un espejo y oscuramente, mas entonces veremos cara a cara”, se pone de manifiesto. Son personajes a los que Ambrosio, como representante simbólico del poder patriarcal, ha hecho imperfectos, incompletos, maniqueos. Y son personajes que aprenderán, a lo largo de los años, a vencer el rol impuesto y a vengarse mediante la transgresión del orden. Imprescindible.

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Papeles de Pandora fue publicado por la Editorial México en 1976.

«Ropa tendida», la primera obra de la zaragozana Eva Puyó

Cuando abrí la puerta de casa y vi las caras sonrientes de mis padres preguntando por el coche y por cómo lo había conducido hasta el barrio, intenté relatar aquel accidente de un modo gracioso. Mi madre, de hecho, pensó en un principio que se trataba de una broma. Cuando se dieron cuenta de que no lo era, mi padre empezó a gritar y a llamarme inútil. Mi madre acabó consolándome mientras yo lloraba tendida en la cama y, entre sollozos, repetía: «Qué vergüenza». «Nadie se ha muerto jamás de vergüenza», me dijo mi madre, como si supiera muy bien de lo que hablaba. 


Eva Puyó (Zaragoza, 1976) ha publicado relatos en los diarios Público y Heraldo de Aragón y en la revista Letras Libres, así como en varias publicaciones colectivas. Ropa tendida es su primer libro.

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Eva Puyó nos presenta en Ropa Tendida una secuencia de imágenes de lo que podría ser – y posiblemente, me aventuro a decir, fuese – su propia vida. En la Zaragoza actual la vida de una familia aparentemente normal se desmiga en relatos (que podrían formar, entre sí, una novela) que radiografían las rutinas, los vicios y el quehacer de estos maños en su día a día. El examen del coche, las riñas entre padre y madre, el novio de la universidad o las fotos de la casa de la abuela… todo son buenas excusas para construír un relato que narra, sin fallos aparentes, la imagen de ese acontecimiento concreto.

Puyó tiene destreza para hilar una escritura sencilla, de fácil comprensión y lectura, que no deja de tener calidad. Recuerda a otras voces de la literatura española, como Elvira Lindo, que reflejando situaciones cotidianas de familias completamente típicas son capaces de articular relatos interesantes que van permitiéndonos ir conociendo a los personajes poco a poco. Su estilo, realista, refleja con veracidad el habla de los habitantes de Zaragoza, así como sus referentes culturales más directos (desde la Virgen del Pilar hasta Violadores del Verso) y resulta simpático e interesante en muchos momentos, más por la posibilidad de sentirse identificado con muchas de las situaciones que por que éstas posean un plus de interés argumental.

En conclusión, una buena ópera prima, de fácil lectura y público universal.

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Ropa Tendida de Eva Puyó está publicado por Xordica Editorial.