La mujer rota (o aquella que esperan que seas) por Simone de Beauvoir

 

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La mujer rota es la mujer que esperan que seas. Es la mujer perfecta que siempre sonríe, aunque quiera llorar y asegura que todo está bien. Es la mujer que se muestra radiante mientras limpia el polvo. Es la que decidió dejarlo todo por amor, incluída a ella misma. La mujer rota se señala como culpable absoluta de su inmensa tristeza. Es la que se siente vieja e inútil, mala madre, amante y esposa. La mujer rota quiere gritar, pero lo hace por dentro.  Y todas y cada una de nosotras hemos sido o somos esa mujer rota.

En 1967 una Simone de Beauvoir que había marcado la nueva ola del feminismo tras la publicación de El segundo sexo continuaba su militancia a través de la novela. Esta vez, De Beauvoir se centró en la culpa o en el vacío vital de las mujeres, percepciones que a lo largo de la historia de la literatura  aparecen siempre ridiculizadas como es el caso de Madame Bovary. La filósofa organizó el libro en tres historias y protagonistas muy diferentes entre sí, como en un demostración de que la depresión y la ansiedad en las mujeres son también cuestiones relacionadas con el género, y tituló a cada una de las partes como La edad de la discreción, monólogo y la mujer rota .

«Me senté a la sombra de un peñasco. No para bañarme. Nado mal. Y hasta delante de André detesto mostrarme en traje de baño. Un cuerpo de viejo es, a pesar de todo, menos feo que un cuerpo de vieja, me dije viéndolo chapuzarse en el agua. Agua verde, cielo azul, olor a monte: aquí habría estado mejor que en París. Si él hubiera insistido, habría venido antes: pero eso es justamente lo que él no había querido»

Tres mujeres, tres crisis. Envejecer, ser mala madre, ser mala esposa. En La edad de la discreción la autora profundiza sobre la decadencia vital que vive una mujer enérgica y creativa, a causa del mal envejecer de su marido y también por una  distancia ideológica que va creciendo entre el hijo de ambos.   Monólgo se centra en la culpa incrustada en el subconsciente femenino, esa convicción de creer que cualquier fracaso ajeno nos corresponde y nuestra reacción es la rabia y autodesprecio. La mujer rota, el diario en el que Noéle narra como la relación con su marido se rompe a causa de una segunda mujer y ella, anclada a él desde la juventud, no tiene nada ni nadie donde refugiarse.

«Todas esas putas tienen un hombre para protegerlas, hijos para servirlas y yo cero: esto no puede seguir así. Hace quince días que el fontanero me encamela por seruna mujer sola. Se creen que todo les está permitido es algo tan cobarde la gente cuando uno está por el suelo le pisotean. Me sublevo les hago frente pero a una mujer sola le escupen encima. El portero se parte de risa. A las diez de la mañana es lícito hacer funcionar la radio: si cree que me deja pasmada con sus sermones»

 

 

 

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Simone de Beavoir (1908-1986). Posiblemente la autora más conocida del feminismo.  A raíz de su obra El segundo sexo, un basto ensayo sobre la identidad y los roles asignados a la mujer, se establece la transición a la segunda ola del feminismo, enfocada a centrada en los aspectos sociológicos que determinan la opresión de las mujeres cis. También es una de las figuras clave del pensamiento existencialista en Francia junto con su compañero de vida, Jean Paul Sartre. Su vida estuvo dedicada a la docencia en la Universidad de París y a la escritura comprometida. Murió en 1986 a causa de una neumonía.

‘Shrill: Notas de una mujer ruidosa’, de Lindy West, un alegato contra la gordofobia y los trolls

Observé a mis amigas convertirse en seres delgados y hermosos. Las observé ser elegidas y vestirse con ropa de J.Crew y entrar en botes pequeños sin miedo de que volcasen, pero también las vi morirse de hambre y hacerse daño a sí mismas, perderse y naufragar. Fueron escogidas por malas personas, por gente que las dañó a propósito, que erosionó su autoestima, y las mantuvo atrapadas en una búsqueda sin fin. La verdadera estafa es que estar en los huesos tampoco es suficiente. El juego está amañado. No existe la perfección

Queridas lectoras y lectores ahí fuera: esta reseña no va a ser objetiva – ¿de verdad existen las críticas de arte objetivas? – porque la realidad es que adoro a Lindy West. Adoro que cada vez que la leo mi autoestima se multiplique. Adoro que me haga sentir ganas de ir a internet y meterme en peleas cibernéticas con todos y cada uno de los trolls que la hicieron irse de Twitter. Esta mujer es una de las principales razones de que la gordofobia esté presente en medios de comunicación de masas comoPortada The Guardian y cada uno de sus artículos es una genialidad. Vale, a lo mejor no todos. Pero no importa, porque merece la pena leerla por los que sí lo son.

‘Shrill’ recopila algunos de estos artículos, con temas que van desde la percepción social del aborto, hasta el abuso que las personas de una cierta talla sufren en los aviones. West no solo retrata situaciones sociales en las que personas que no cumplen un determinado ideal de belleza son atacadas y menospreciadas, sino que se pone ahí fuera, se expone al odio irracional que muchas veces invade internet y las redes sociales, haciéndolos un espacio hostil para grupos como las mujeres.

Estos temas también tienen cabida en las páginas de West, que pone de relieve la fina línea entre libertad de expresión y discursos de odio, no solo en internet, pero en espacios como las comedias en vivo –un arte muy popular en los Estados Unidos.

Sin embargo, destacan especialmente sus artículos sobre imagen corporal, en los que West reflexiona sobre la presión sobre las mujeres para comprimir el espacio físico que ocupamos, reduciéndonos a prácticamente la mínima expresión.

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Lindy West, fotografiada por Dot Richards

El poder que se ejerce sobre los miembros del sexo femenino en este ámbito, no se reduce a la simple presión de las mujeres a estar delgadas por un ideal de belleza. La reducción física viene acompañada de la expectación de silencio. Cuando los trolls insultan a West por su aspecto físico, lo hacen porque creen que tienen el poder de decir a las mujeres que no pertenecemos en espacios públicos si no somos de una cierta manera, la manera que ellos han decidido. El problema es que conseguir que Lindy West se haya ido de Twitter no los ha hecho ganar una guerra. Queridos trolls ahí fuera, estamos aquí y vamos a quedarnos.

Lindy West (Seattle, 1982) es una escritora estadounidense que se centra en la cultura pop. Destacan sus artículos basados en feminismo e imagen corporal. West ha escrito en medios tan importantes como The Guardian o el portal feminista Jezebel.com. ‘Shrill: Notas de una mujer ruidosa’, una compilación de algunos de sus mejores artículos, es su primer libro en solitario.

La distopía de los 90 resucitada por la realidad, El Cuento de la Criada, de Margaret Atwood

Ojalá esta historia fuese diferente. Ojalá fuese más civilizada. Ojalá me mostrase en una realidad mejor, si no más alegre, al menos  más activa, menos indecisa, menos distraída por trivialidades. Ojalá tuviese más forma. Ojalá fuese acerca del amor, o acerca de descubrimientos repentinos importantes para la vida, o incluso acerca de puestas de sol, pájaros, tormentas o nieve

Hace un cuarto de siglo de la publicación de ‘El Cuento de la Criada’ la novela de Margaret Atwood acerca de una sociedad distópica en la que las mujeres viven bajo el yugo de un hombre, hasta el punto de prohibírseles leer o salir solas. Y el tema de la novela parece estar de más actualidad que nunca.

En la República de Gilead, la protagonista, Offred, no es más que una cáscara vacía, esperando engendrar un hijo para su Comandante, con el que dar propósito a su existencia. Su persona no tiene importancia, la han privado de su familia, de sus amigos, de todo contacto humano, y la única moneda de cambio que Offred tiene es su fertilidad. El precio de no tener hijos es la muerte, bien colgada en el muro de la ciudad o enviada a morir lentamente de radiación.

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Lo peor y al mismo tiempo la genialidad del libro de Atwood son las dudas que arroja sobre nuestra propia existencia en este mundo que, en teoría, no tiene nada que ver con el que ella describe. ¿Cuáles serían nuestras propias reacciones si algo así pasase? No una revolución en la que la falta de derechos se impusiese de la noche a la mañana, pero una democracia que poco a poco ya no lo es, que nos va dejando sin derechos, atando de manos, casi sin darnos cuenta.

En este sentido es esclarecedora una de las escenas que Atwood describe, en la que la protagonista recuerda la escasa alteración de su marido el día que ella descubrió que las mujeres no tenían derecho a poseer una cuenta corriente en un banco –“pero yo nunca dejaré que te falte de nada”.

Lo terrible de ‘El Cuento de la Criada’, es precisamente la manera en la que muestra como hasta el fascismo más radical puede enmascararse, hasta el más encantador de los mortales puede defender ideas violentas para proteger sus propios privilegios. Esta defensa es personificada en la figura del Comandante, quien en uno de los capítulos asegura a Offred que la organización de la sociedad beneficia a las mujeres, que ya no tienen que preocuparse de buscar marido, ni vivir agobiadas con la falta de pareja. El estado busca a un hombre para ellas, las entrega, les da un propósito en la vida –aunque después las use y las tire, si el propósito para el que han sido entregadas no es satisfecho.

Atwood sabe cómo envolvernos en la historia. Nos estremece y juega con nuestros sentimientos a partes iguales. Los personajes son tan humanos que duele. Los supuestos héroes de Atwood no son tal, sólo seres vivos tomando decisiones que casi siempre son equivocadas. La incertidumbre es el pilar central de la novela, que termina con un final genial que nos deja con más interrogantes que respuestas.

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Margaret Atwood, fotografíada por Christopher Wahl

BIOGRAFÍA. Nacida en Ottawa, Canadá, en 1939, Margaret Atwood ha sido galardonada con premios tan prestigiosos como el Booker Price o el Arthur C. Clarke Award y es considerada una de las escritoras canadienses vivas más importantes, y su obra ha sido traducida a más de 30 idiomas. Además de su trabajo como escritora, Atwood es una destacada activista en temas medioambientales, habiendo manifestado públicamente su apoyo al Partido Verde canadiense.

‘El Cuento de la Criada’ ha sido publicado en español por Ediciones B.

Rebel, Rebel. «De contrabando» de Aurora Revolver.

Hace unos meses, cuando todavía corría el año 2016, fui invitada junto con dos compañeras y amigas a hablar de poesía, literatura y feminismo en la I Jornada de Diversidad de Género, Sexualidad e Intersexualidad de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla.  Al final de nuestro coloquio hicimos un breve recital de poesía. Unas cuantas chicas se animaron y entre esas Aurora. Ella no se movía como las demás ni hablaba como las demás. Leyó con la humildad propia de la gente buena, y  la gesticulación en su cara marcaba un ritmo extravagante pero calmado;  mientras yo la escuchaba, en forma de aire sus chacras se desprendían de su esencia y contagiaba la sala de su peculiaridad.

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Los poemas de Aurora están plagados de referencias cinematográficas y literarias. Esta explosión intertextual puede que responda al dinamismo de su misma composición vital o a que es una friki de nacimiento. O ambas. Y es que si algo tienen los poemas de Aurora, es que son extremadamente honestos. Son versos que hablan solos, se leen solos. Algunos poemas de Aurora te llevan a experimentar la deliciosa sensación de masticar el sol en invierno y las cervezas debajo de este sol. Y todo eso en la ciudad de las naranjas agrias, del tranvía atravesado. Los poemas de Aurora no hablan de amor pero son eróticos o al menos descansan en varios pechos. Y algunos son inocentes. Y otros brillantes. Los poemas de aurora huelen a calle y a botas gastadas. A labios medio rojos y adolescencia empalmada con la impermeabilidad de la vida que aún no es adulta pero donde cada vez se toma más conciencia de que ese momento llegará.

BARBARELLA (1967)

He visto a Barbarella pasear por la alameda

sin casco ni ropa de astronauta

a las once de la noche

de un martes demasiado húmedo

saltando los muros

pidiendo más cerveza

revolviéndose entre defectos de fábricas y autómatas

exigiendo volver a crearnos con las manos

a mancharnos las vértebras

a romper los engranajes de nuestras obsoletas

                                                                             [maquinas de nacimiento.

Explotando su sudor en el universo

para que yo encuentre órbita a seguir.

***

LUNES SANTO

                     she’s not sure if you´re a boy or a girl
                                             Rebel, Rebel. David Bowie

David Bowie y Valerie Solanas cenaban conmigo

en un local de la Calle Concepción

champán y galletas de la fortuna

en copas y mordazas importadas de Alemania

y el cáncer del Género como plato principal .

Una lo devoraba con un tenedor desmembrado,

otra con una cuchara de terciopelo oscuro.

 

Acabaron borrachas y dormidas sobre los platos

[vacíos

sólo para que yo tuviese que pagar la cuenta.

 

La Revolver dice que de mayor quiere ser gánster latinoamericano en Brooklyn o gitanita canastera en Chiclana. Es evidente que a este ritmo puede ser cualquiera de estas dos cosas. Deseamos que en Nueva York o en Chiclana, esta joven poeta siga escribiendo  y creciendo junto a las letras.

*Aquí les dejo un vídeo de la autora recitando en la presentación del segundo número impreso de Revista Españolado, en La Sala, Sevilla.

 

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Aurora Revolver (1996)

Crece obsesionada con los poemas de animales de Gloria Fuentes, Mortadelo y los Marcianos. En el 2014 publica poemas en la revista Españolado y forma parte de antología VerS.O.S (Ediciones de Letras). En 2015 forma parte de la Antología de Jóvenes Onubenses  y Todos con el 1900 (Editorial Niebla). Actualmente estudia periodismo en la Universidad de Sevilla y se gana el tiempo escribiendo para varios medios de música y cine.

 

Porno para mujeres: Córrete como tú quieras

Todas hemos visto porno. Por casualidad o no. Nos haya parecido violento, o nos haya dado morbazo. Tranquila, ni te debes sentir culpable por verlo, ni nadie debería quitarte el «carnet de feminista» por confesar que te gusta.

«El movimiento feminista ha sido tradicionalmente antiponografía por considerar que el porno es una clara y evidente práctica que explota y agrede a las mujeres. Grandes gurús del feminismo como Dwarking o MacKinon han atacado fuertemente la pornografía con argumentos muy contundentes como el lema «el porno es la teoría y la violación es la práctica». Esta postura fue cambiada paulatinamente y hoy hay corrientes muy amplias y modernas del feminismo que no ven  el porno como enemigo. Son las llamadas «anticensura» que evoluciona hacia las «pro sex». Consideramos que la mujer es libre  de usar su cuerpo a su antojo, y promovemos decididamente la libertad sexual»

La pornografía no se inventó ayer, y en la sociedad neoliberal, se encuentra más presente que nunca. Eirka Lust nos narra cómo las primeras manifestaciones de pornografía aparecieron durante el paleolítico y enfocadas a la fertilidad, con la Venus de Willendorf  o Lespugue. En la Roma imperial, las escenas eróticas eran el paradigma del buen gusto. Durante la edad media, con el gran poder de la iglesia católica en Europa, el porno se convertía en un objeto clandestino y de lujo, reservado sólo para la nobleza….Y en los benditos años 70, el cine erótico y pornográfico fue una herramienta potente para la liberación sexual y el conocimiento del cuerpo y placer femeninos. Escenas en las que los cunnilingus duran más de 1 minuto, dónde el pelo estaba permitido, dónde las mujeres tenían trabajos, personalidad y cuerpos de todo tipo. Además, este tipo de cine era precisamente eso, cine. Con conversaciones y una trama que no se acababa con la eyaculación masculina, sino que daban ganas de seguir hasta los créditos finales. Sin embargo, la aparición del sida supuso una reacción social que volvía la sexualidad como un tema tabú, terminando con esta época dorada y pasando nuevamente a una centrada en la heternormatividad y de la hegemonía del placer masculino. La aparición de Internet en todos los hogares y la vorágine neoliberal supuso que la industria del porno transformase la pronografía en un producto muy pobre a nivel artístico y en contenido. Pero especialmente nocivo para las mujeres trans y cis en un mundo dónde la nula educación sexual consigue que la educación sexual se encuentre, casi exclusivamente,  aquí. En una pornografía dónde el patrón de mujer no posee identidad, se comporta como una descerebrada y gime locamente a penas se la hayan metido. Dónde las transexuales son tratadas como un fetiche extraño y no cómo mujeres hechas y derechas. porno-para-mujeres-free-download.jpg

«¿Puede hacerse una pornografía feminista? Yo creo decididamente que sí. La pornografía, cómo toda expresión artística y cultural, tiene un discurso. En el caso de la pornografía, este discurso habla sobre el sexo, y todo aquello que tenga un discurso es susceptible de ser abordado desde una óptica feminista»

¿Pero cómo podemos crear porno realmente feminista? Quizá en primer lugar, representándonos a nosotras mismas, a ese 50% de la humanidad. La gigantesca diversidad de cuerpos, gustos y vidas que hay entre todas nosotras. Representar a la negra, a la lesbiana, a la gorda, a la trans, a las bollos, a tu profesora de inglés del instituto (que también se toca), a la que le gusta el sado y hacerlo con extraños, a la que le escita que le digan que la aman mientras el acto… Sin que sean un fetiche, sino como seres sexuales, deseables y especialmente, respetables. En definitiva, exigimos plantarle cara a una industria que muestra un único tipo de mujer sumisa y cuya forma de obtención de su placer está totalmente alejada de la realidad y se muestra de forma secundaria. Así también ¿Por qué no? Exigimos un producto más rico, con una historia, cuyos personajes tengan personalidad y no sea un exclusivo mete-saca o planteado para el placer y comodidad del hombre hetero. Exigimos que un trío también pueda haber dos tíos y que interactuen entre ellos. En definitiva, exigir porno feminista es tan fácil cómo exigir más diversidad sexual y mejor narración audiovisual.

En este manifiesto tan didáctico, repleto de ilustraciones, con un lenguaje bien claro, Erika Lust aborda la realidad del porno actual y su historia para proponer uno en el que podamos sentirnos identidicadas y excitadas todas sin ningún tipo de complejo o culpa.

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Erika Lust, 1997, Estocolmo. Escritora, directora y guionista independiente, saltó a la fama con  The good girl, un corto en el que trata de romper con todos los clichés propios de la industria pornográfica y añadirle perspectiva feminista. Asentada en Barcelona, allí realiza su proyecto»Xconfesions», cortos sobre fantasías sexuales que le envían sus fans, en los  que tanto el placer femenino cómo la dirección artística y el guión están en todo su esplendor. Actualmente concede becas para aquellas chicas que quieran dedicarse a seguir el legado de directoras de cine porno feminista.  Les recomendamos que busquen vídeos de su trabajo… Y esperamos que lo disfruten como es debido.