Conjuros y cantos, de Sara Torres: más allá del poema

El lenguaje es un acto con consecuencias. Así abre Conjuros y cantos: señalándonos (o recordándonos) cómo las palabras no son inocentes, sino que están empapadas del sistema heteropatriarcal. Y mostrándonos, también, de qué manera se pueden buscar intersticios desde los que vislumbrar -poética y vitalmente- otra manera de escribir, otra manera de comunicarse, otra manera de ver el mundo. Hay una necesidad en este libro, y no hablo solo de la necesidad que puede sentir Sara de escribirlo, sino también de la necesidad que tenemos nosotras de leer textos así. No solo para, de alguna manera, vernos reflejadas, sino para ayudarnos a seguir vislumbrando otro camino, otra manera de textualizar y de textualizarnos:

Para qué buscarnos en esta lengua con la que no hemos nacido  Blasfemar con esta lengua  Abrir grietas al mundo  insertar objetos por ranuras

La poesía de Sara se deconstruye y construye a cada paso; la ausencia de versificación y de puntuación es, quizá, una manera de depurar un lenguaje que intenta liberarse del sistema patriarcal. Esos huecos en los que cabe una coma, o dos puntos, son las grietas que nos dejan respirar, el resquicio de libertad creativa que obedece a nuevas estructuras. Entiendo Conjuros y cantos como una indagación y, al mismo tiempo, como el resultado de un trabajo aglutinador sobre las posibilidades de deformación del lenguaje. Una deformación capaz de erigir templos audaces y habitables.

Yo soy la no-nombrada  la enterrada viva

canto con pasión a quien trata de acallarme

Yo reclamo la memoria de mi nombre

Se ha señalado el poema «Ellos me dijeron» como uno de los más logrados: por su fuerza discursiva, narrando el amor prohibido entre mujeres y reivindicando la figura de la bruja. Pero los últimos versos de la pieza final son, sin duda, estremecedores:

Que existes sin embargo  atenta a tu vulnerabilidad

y así lo escribes

Si en La otra genealogía (Torremozas, 2014) Sara recobraba la isla como espacio utópico habitado por mujeres, Conjuros y cantos se perfila como un libro que demanda la fuerza oral de las mujeres que allí habitamos, de una u otra manera. Sin duda una obra arriesgada, que invita a repensar el mundo.

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Conjuros y cantos se publicó en 2016 en Kriller71


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Sara Torres (1991, Gijón) es escritora e investigadora. Estudió Lengua Española y sus Literaturas en la Universidad de Oviedo y en la Queen Mary University de Londres. Realizó un máster en Metodologías Críticas en el King’s College de Londres. En la actualidad realiza un doctorado interdisciplinar utilizando herramientas del psicoanálisis, la teoría queer y los feminismos. Su primer libro de poesía, La otra genealogía (2014), ganó el Premio Gloria Fuertes de Poesía Joven. Conjuros y cantos es su segundo libro.

*imágenes de aquí y de aquí

La maternidad como subversión: 18 mujeres narran sus experiencias como creadoras de vida

Durante mucho tiempo, para algunos sectores de los feminismos, ser madre equivalía a estar oprimida por el sistema heteropatriarcal. María Llopis alza su voz y las de otras dieciocho compañeras para desmontar ese pensamiento desde diversas experiencias y reflexiones. Basándose en la entrevista como eje del relato, Maternidades subversivas nos narra la historia de caminos muy heterogéneos que tienen un punto en común: la defensa de la maternidad como espacio político y de lucha para el feminismo, y su potencial para desmontar el sistema capitalista y patriarcal. La fotografía, el postporno, la ecología, la crianza queer o la partería tradicional son algunos de los ejes que las mujeres aquí reunidas trabajan para alumbrar el camino libre de la maternidad.

Al mismo tiempo, se va estableciendo un diálogo íntimo y personal entre María y las entrevistadas, como la artista y activista Alicia Murillo, que se centra en la maternidad en el mundo capitalista, o Annie Sprinkle, la famosa actriz y activista porno, que se acerca a la maternidad desde nuestra relación con la naturaleza.

Parece central la crítica al sistema económico neoliberal que ha difuminado, cuando no atacado directamente, las redes de confianza y afinidad que colectivizan y facilitan también las tareas de cuidados. En un mundo donde todo es susceptible de devenir mercancía, la maternidad no es una excepción: de ahí que se nos vendan determinadas imágenes de cómo ha de ser una madre perfecta, una madre que se convierte en una figura esencial para el mantenimiento del status quo al soportar ésta todas las responsabilidades que acarrea parir, criar, educar…

Es así omo María Llopis mete el dedo en una de las llagas más profundas y recónditas del sistema patriarcal. Con su trabajo de documentación, discusión, apertura a la otra y al otro, nos muestra la realidad cotidiana de muchas mujeres para las que la maternidad se ha desviado parcial o completamente de los designios del sistema capitalista, heteropatriarcal, fármaco-pornográfico, etc. en el que habitualmente son encerradas las gestantes. Un soplo de aire fresco para un tema inagotable que nos sigue planteando multitud de cuestiones y que debería ocupar, como ocurre con el aborto, el tiempo de nuestros debates y de nuestras luchas. Porque la lucha, definitivamente, también está en el biberón.

Una maternidad empoderada,

una maternidad consciente,

una maternidad no sometida a modas y leyes.

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Maternidades subversivas se publicó en 2015 en la Editorial Txalaparta.


 

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María Llopis (Valencia, España, 1975) es una artista feminista que trabaja fundamentalmente las visiones antihegemónicas de la maternidad y la sexualidad. Es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Valencia y tiene un máster en Animación Audiovisual en la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha publicado El postporno era eso (2010, Melusina) y Maternidades subversivas (2015, Txalaparta). Su trabajo fue incluido en la exposición Genealogías feministas en el arte español: 1960-2010. Ha expuesto en numerosas exposiciones, programas de vídeo y festivales como Artivistic, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Center for Sex and Culture de San Francisco o el Sónar. Igualmente, ha organizado talleres sobre arte y feminismo y ha impartido conferencias en universidades españolas, francesas y alemanas. Es co-fundadora del grupo de postporno Girlswholikeporno.


El feminismo debe trabajar la maternidad como experiencia de gozo (Diagonal)

El poder sexual de la maternidad (El País)

+ Guía para una sociedad matriarcal y ecofeminista (fragmento del libro aparecido en La Tribu de Frida)

Las desterradas hijas de Eva: un recorrido por los testimonios de las otras víctimas del franquismo

La historia y situación personal de cada una se mantendría en secreto como formando parte de su pena o vergüenza. Hijas de presos y presas, huérfanas, víctimas de abusos y violaciones, rebeldes con causa, ajenas a su voluntad, al mundo en general, sometidas bajo los yugos de un país que acababa de estrenar aquella soñada democracia. Ellas padecieron los restos del naufragio.

Pocos libros he leído que me hayan provocado tantos sentimientos contradictorios: una mezcolanza de admiración, rabia e impotencia. Admiración a todas aquellas mujeres que, habiendo sido humilladas por un régimen autoritario, fueron capaces de abandonar el silencio más atroz para testimoniar cómo eran tratadas por desviarse, aunque fuera mínimamente, de la moral que el nacionalcatolicismo esperaba de ellas. Rabia por todas las injusticias perpetradas en lugares, hoy abandonados o rehabilitados, como el Reformatorio de San Fernando o la Maternidad de la Almudena. E impotencia porque aún hoy no se han esclarecido los numerosos robos de hijos e hijas por parte de las monjas, robos que se llevaron a cabo aprovechando la absoluta falta de recursos y de autoestima de sus madres. Hijos e hijas nacidos de violaciones, pero también de relaciones prohibidas. Hijos, hijas y madres que aún hoy se buscan desesperadamente tratando de reconstruir su historia:

Algunas firmaban coaccionadas (…) Se encargaron de intentar que odiásemos a nuestros propios hijos, y en algunos casos llegaron a conseguirlo. Si quieres salir antes de aquí, entrega al niño y podrás marcharte. Eso nos decían.

En medio de esta situación de amnesia generalizada, Consuelo García ha llevado a cabo una extensa investigación y ha recogido muchos testimonios que nos hablan no solo de recuerdos, sino de verdaderos traumas y secuelas. Esta valiente periodista ha metido el dedo en la llaga de una de las muchas asignaturas pendientes en España. Su enérgica labor es admirable, y gracias a ella podemos conocer un poco más de la niñez y la juventud de estas mujeres.

Mujeres que se han visto obligadas a olvidar para poder sobrevivir, junto con otras que han luchado para que estos crímenes se conocieran. A pesar de que los casos de los niños robados fueron los más sonados en los medios de comunicación, estas mujeres también sufrieron hacinamiento, malnutrición y maltratos tanto físicos como psicológicos. El objetivo era que desapareciera cualquier atisbo de rebeldía.

Fueron muchas las mujeres encerradas por salirse de la norma y por cuestionar, muchas veces de forma inconsciente, el férreo sistema patriarcal durante el franquismo. Algunas intentaron quitarse la vida; otras lo consiguieron. Soñaban con escapar, porque ninguna de ellas era capaz de imaginar la tortura que les esperaba al otro lado de la valla.

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Las desterradas hijas de Eva fue publicado en 2012 por Algón Editores


Consuelo García del Cid Guerra (1958, Barcelona) es escritora e investigadora. Dirige el periódico digital Tenemos la palabra. Ha publicado el libro de relatos Por lo que hemos sido y la novela Una enjundia de nada, que resultó finalista en el Premio de Elyssée de Novela. Como poeta ha sido incluida en las siguientes antologías: Nueva Poesía Castellana y Peliart. En 2014 publicó su última novela, Librada, que reseñaremos próximamente.