Fóllame, por Virginie Despentes: Dios salve a la reina.

Como tema central en la literatura, la violencia no es nada nuevo. Cuando Menelao sacrifica a su hija y envía a sus hombres a la guerra de su hermano en Troya, resulta legitimo e incluso poético. Cuando, a la vuelta, su esposa Clitenmestra lo asesina sin piedad con ayuda de su amante, la imagen se torna cruda y la poesía se esfuma. Clitenmestra pasa al legado europeo como una arpía despiadada; Melenao, simplemente como el rey de los micénicos.

La violencia resulta inherente al ser humano en cuanto se relaciona con el hombre. Desde que es la mujer quien que la ejerce, ya sea de forma legítima o no, se atribuye a una crueldad contranatura. El público paga y disfruta sin complicaciones viendo los torrentes de sangre tan propios del cine de Tarantino o Guy Ritchie. Sin embargo, cuando el gatillo lo bajan ellas. trae una inevitable polémica, como cada vez que los roles asociados al género se intercambian.

follame.jpg

Fóllame, obra prima de Virginie Despentes, podría resumirse como la venganza de las inadaptadas. De la puta, de la fea, la gorda y la violada. De las que viven en lo sórdido sin vergüenza, a sabiendas de que la vida real -las sobras de la moral burguesa- es eso. Sucia, real y honesta. 

“-Para nada. Un día, en vez de ponerme ciega, le disparé a un tipo en la cabeza. Después nos conocimos, nos dimos buen rollo.

Nadine interviene, decidida a imponerse como un personaje capaz de dialogar

-De hecho, casi todas las historias han acabado mal. Todo lo que intentas hacer y luego no funciona. Me recuerda al cuento de la sirenita. La impresión de haber realizado un sacrificio enorme para tener piernas y convivir con los demás. Y cada paso es un dolor intolerable. Lo que hacen los demás con una facilidad desconcertante te exige esfuerzos increíbles. En cierto momento dejas de correr.”

París de los 90. Nadine es prostituta y malvive de los tíos asquerosos a los que se folla. Su mejor amigo, un imbécil por el que siente fijación, es abatido en un ajuste de cuentas. Esto la perturba profundamente. En otra parte de la ciudad de las luces, Manu, actriz porno, ha sido brutalmente violada. A penas ha puesto resistencia y se ha quedado sin dentadura. También ha asesinado a un policía y robado el coche de su madre. Es ahí, en el indeseable escenario de una estación de tren vacía y de madrugada, cuando las dos mujeres se encuentran: Manu secuestra a Nadine con su pistola para que conduzca hacia la Bretaña. Quiere ver el mar. Nadie no sólo no se resiste, sino que le place la idea. Se ha producido un flechazo. Así comenzará su aventura juntas, de sexo, alcohol y asesinatos sin complejos. Conduciendo y sembrando el terror por toda Francia. Siempre con citas de canciones punk, desde Sonic Youth hasta Suicial Tendencies.

En esta novela, que un año después sería llevada al cine, Virginie Despentes mostró ideas que desarrollaría más tarde en su mítico ensayo Teoría King Kong. La libertad en la prostitución, el tabú de la violación y de la pornografía. Nadine, la puta y Manu, la actriz porno violada, son son ejemplos absolutos de lo moralmente repudiable. También se drogan, beben continuamente y asesinan niños sin remordimientos. Y sin embargo, como con la guerra de Troya,  es un poema. Es punk-rock.

virginie-despentes.jpg

Virginie Despentes (Francia, 1969). Una de las autoras más célebres de la 3º  ola. Antigua vendedora de discos y prostituta, con una postura totalmente pro-sex, su pensamiento se desarrolla en torno a la defensa de la prostitución y la pornografía como herramientas de facto de la liberación femenina.

‘SUS OJOS MIRABAN A DIOS’: EL PODER DE LAS MUJERES AFROAMERICANAS, POR ZORA NEALE HURSTON

Los barcos en la distancia llevan los deseos de cada hombre a bordo. Para algunos, vienen con la marea. Para otros, navegan para siempre en el horizonte, nunca fuera de la vista, nunca en tierra, hasta que El que Observa aparta la mirada en resignación, el Tiempo burlándose de sus sueños. Esta es la vida de los hombres.

Ahora, las mujeres olvidan todas las cosas que no quieren recordar, y se acuerdan de  todo lo que no quieren olvidar. Sus sueños son la verdad. Entonces actúan y hacen cosas en consecuencia

‘Sus ojos miraban a dios’ leído en el siglo XXI no se puede considerar un libro feminista al uso. En sus páginas podemos ver cómo el que es presentado como el gran amor de Janie, la protagonista, un hombre que es a todas luces ‘bueno’ bajo la óptica en la que lo describe Zora Neale Hurston, la abofetea en uno de los capítulos, tan sólo para demostrar quién es el que manda en su casa, sin que se le dé más importancia al asunto.

zora-neale-hurston

Zora Neale Hurston

Sin embargo, ‘Sus ojos miraban a dios’ leído en 1937, el año en el que fue escrito, debió de ser una rebelión. Su autora cometió un acto revolucionario con el mero hecho de escribir una novela y centrarla en una mujer afroamericana como ella, separada de la esclavitud por apenas dos generaciones, que acaba revelándose contra una sociedad que no deja de juzgarla.

Gente fea de ignorancia y rota de ser pobre

La vida de Janie es narrada a través de sus relaciones con diferentes hombres en su vida. Obligada a casarse a los diecisiete años, es cierto que Janie huye de su primer marido por amor, pero vemos cómo la personalidad rebelde que se adivina en ella es dominada por su segundo marido. La muerte de este supone una liberación, y de ella surge una mujer que vence el miedo impuesto por su abuela de quedarse sin la protección de un hombre y de liberarse de una sociedad patriarcal que la ata sin cadenas.

sus-ojos-miraban-a-dios

Esta sociedad que juzga a Janie es enteramente negra. Los personajes blancos son marginales, y no aparecen en la historia sino como terceras personas mencionadas en relación a los personajes afroamericanos. Sin embargo, el racismo sí es un tema presente en la novela de Hurston, especialmente evidente en el personaje de la señora Turner, una mujer afroamericana de piel más clara que sus vecinos que desprecia a estos en base a la oscuridad de su piel y trata de convencer a Janie de la existencia de diferentes grados en la escala de identidad negra.

De todas maneras, ‘Sus ojos miraban a dios’ es principalmente un reflejo de la lucha cotidiana de una mujer en los Estados Unidos de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, anómalo  por el hecho de ser narrado desde una perspectiva única y muy a menudo silenciada en la historia estadounidense, el de las mujeres afroamericanas. Esta es una de las razones por las cuales la historia de Janie se ha convertido en una novela esencial en la historia de la literatura escrita por mujeres, por una valentía nacida de la necesidad de explicar al mundo desde otra perspectiva.

BIOGRAFÍA

Una de las autoras más representativas de la corriente literaria surgida en los años 20’ del siglo pasado en Nueva York conocida como el Renacimiento de Harlem, Zora Neale Hurston nació en Alabama en 1891. Pronto se trasladó con su familia a Florida, al pueblo de Eatonville, uno de las primeras ciudades en las que la población era enteramente afroamericana en ser incorporados a los Estados Unidos. Esto influenció a la joven Hurston cuando comenzó a escribir al principio de los años 20’, tras haberse matriculado en la universidad Howard, en Washington D.C. La polémica la persiguió dentro del movimiento debido a sus ideas republicanas, en contraste con la afiliación comunista de los más importantes escritores afroamericanos del momento, y su oposición a la integración de blancos y negros en los Estados Unidos, pues temía que la cultura afroamericana se perdiese tras esta integración. Esto la acabó llevando a retirarse de la vida pública, muriendo en Florida en 1960.

Sonja Åkesson: ser mujer en Suecia… y escribir poemas sobre ello

Y de repente, apareció Sonja. Una mujer que apenas tenía la escuela básica obligatoria, una gran afición por la bebida y un sentimiento de desolación tan grande que terminó escribiendo los libros de poesía más leídos de su generación. Con el añadido, sin duda nada desdeñable, de haber incorporado al realismo poético sueco la vida cotidiana de las amas de casa, haciendo del espacio privado un espacio metafísico y sin duda político.

Pero no todo es tristeza en Sonja. En el prólogo de su antología, el traductor Francisco J. Uriz ya destacó la simbiosis entre la fortaleza y la accesibilidad en los poemas de Åkesson. Sonja llevó una vida llena de altibajos emocionales y de episodios dramáticos. Perdió a uno de sus hijos por la leucemia, y ese hecho sin duda marcó a la autora. Durante la década de los sesenta, nacerá su conciencia feminista y también su interés por el teatro. En los setenta, acosada por el alcoholismo y los problemas mentales, murió finalmente de cáncer  de hígado.

No conozco ningún camino.

Permanezco (de pie sentado tumbado) en el desorden

entre desechos (en mi imaginación)

voy retirando cosas de aquí

para allá

«ordeno».

Tendré que seguir haciéndolo hasta que muera.

Uno de los poemas más potentes de toda la antología, que ofrece un panorama amplio y variado de su producción poética, es «La cuestión matrimonial». Este poema se convirtió en referencial para el movimiento feminista. Articulado en torno a la repetición de la frase «ser esclava de Hombre Blanco», Sonja desmonta el matrimonio entendido como fase vital de realización de las mujeres, haciendo hincapié en la cuestión económica y de intercambio desigual atravesados por el sistema capitalista:

Hombre Blanco ocuparse de todo

mantener a todos los hijos.

Jamás poder pagar gran deduda

a Hombre Blanco.

En el poema «Autobiografía», relata una doble experiencia atravesada por el deseo de ser una mujer autónoma y libre y la obligación tácita de acomodarse en las construcciones culturales propias de su género:

Salí corriendo en el temprano crepúsculo

y quise extender la mano hasta traspasar el cielo

pero volví apresuradamente a casa

para que no se me quemasen las patatas

Veo una similitud

entre las patatas

y yo.

Sonja también criticó la funcionalidad de los objetos y de las personas en el mundo contemporáneo, la sensación de no pertenencia y la apatía que, en muchas ocasiones, acaba conquistando a las mentes brillantes. En el poema «Visita a la Fundición de Sandviken» repasa la situación del movimiento obrero y del mundo empresarial en Suecia, a través de los diálogos y la intertextualidad. En un momento, simula la entrevista con un obrero, dando lugar a poemas de gran carga emocional y subversiva:

¿Que si el trabajo es monótono?

Sí, claro que puede ser monótono.

Asesino del espíritu,

se podría decir sin exagerar.

La poesía de Sonja refleja la otra cara de una época dorada para uno de los países más desarrollados del mundo, con un Estado del Bienestar intachable y unos supuestos avances en igualdad. Ella agrietó esos avances, mostrando la miseria, el aburrimiento y el vacío de una sociedad rica en lo material pero sin duda pobre en lo espiritual. Más allá de la aparente tranquilidad de las casas unifamiliares estaba Sonja, escribiendo el tormento y la esperanza de querer ser libre.

Sonja Åkesson (Gotland, Suecia, 1926-1977) fue una de las poetas más leídas de su generación. De formación autodidacta, realizó algunos talleres y cursos de escritura pero no pasó de la escuela obligatoria. Se convirtió en una figura esencial del realismo sueco, una corriente poética denominada «nueva sencillez», además de incluir temáticas feministas en sus poemas. Sin embargo, su producción poética es bastante ecléctica y en ocasiones muy arriesgada formalmente. Publicó, entre otros, los poemarios Situaciones (1957), Paz hogareña (1963), Vivo en Suecia (1966) o El ojo del caballo (1977). Esta antología es la primera aparecida en lengua castellana y en edición bilingüe. Fue publicada por a Editorial Vaso Roto en 2015.

Transgredir desde la creación poética. «Casa Paterna» de Fátima Vélez, antología poética (2003-2015).

 

primera orilla

alejamos al cuerpo
del desprendimiento de sus partes
y no pudimos evitar que la marea descendiera
allí
un hombre tendido
abierto
fragmentado
como todo lo que intentábamos salvar
acercamos la mirada
la limpiamos para confirmar
que no fuera otra de sus manchas
cuerpo de hombre
confirmamos

y si la tierra tembló
mientras él me miraba
fue porque en su cuerpo resucitaron mis raíces
de nuevo los cielos eran fértiles
y sembramos jardines
que ondularon en la nada

dimos vida a los mares
que crecieron entre peces
el cuerpo se mantuvo firme
y fue evidencia
de que entonces
no era la tierra la que temblaba
sino el silencio

De Orillas (2003)

La poesía de Fátima Vélez no es de amor  – aunque podría serlo. Tampoco es pretenciosa aposmodernada stilosa cool – aunque podría serlo. Tampoco es de estas cosas que lees y que no sabes si estás queriendo morirte o teniendo ganas hacer pipi. Leer a Fátima Vélez es más bien como sentir que el tiempo ya no es tiempo sino un un actor secundario en la secuencia poética. Su voz escrita es capaz de mojarnos con una sustancia, a veces viscosa, a veces ruptura, cantidad, morbidez; a veces meritoria, confusa, familiar. Leer a la Vélez es como sangrar por la nariz sin la necesidad de ir a por un Kleenex para limpiarte; la sangre sabe a vida y le queda bien a tu cara. Como un potingue salvaje, un menjurje de abuela, te untas en la frente un montón de letras que unidas forman un jugo venenoso que es poesía y que te chorrea por todo el cuerpo; al andar dejas huella casi como gritándole al mundo, hostil y bélico, que en su poesía puedes salvarte o salvarla a ella o matarte o matarla a ella. 

LA CALLE 17

desde el quinto piso
se debate entre serpiente
río de aguas turbias
y un movimiento destemplado
de dientes limándose en una acera

Desde acá
seis de la tarde
una vista panorámica del ring:
en sus respectivas esquinas
los dos guardianes

El uno, el pirata, que a veces se llama Carlos y a veces Pedro
tiene una infección tan viva en el ojo izquierdo que está a
punto de perderlo

Siempre que llego quiere ayudarme a cargar las bolsas del
mercado
a abrir la puerta del edificio
quiere ayudarme hasta con mis hijos
yo no lo dejo

cuando se acerca inclino la cabeza
y el suelo me habla del contagio, de la impureza, de los
agujeros negros, del aullido de los
perros, de la compasión

busco entre mis bolsillos
encuentro una moneda y se la entrego
sin mirarlo
con mucho cuidado de no tocarlo
de que él no vaya a tocarme

El otro guardián no evoca descripciones
envuelto en una bandera de Colombia satinada
aúlla un partido entre Santa Fe y Millonarios
que se extiende por la calle 17
y asciende hasta el quinto piso
donde
a las seis de la tarde la pastelería despliega su olor
y uno no tiene más remedio que respirar
la frescura condensada de la harina
entonces se suspira
se piensa en lo que no se hizo
ahora que la tarde va cayendo sobre los antojos
sobre lo que produce el olor a pan sin el pan
y de pronto
se estrella contra el vidrio
o contra el corazón
nunca se sabe
la sensación de ser un pájaro estrujado por un gigante
el gigante no quiere hacerle daño pero el pájaro no lo sabe

Cuando parece que el cambio de luz está emitiendo señales
una palabra intenta cruzar el umbral
y aparece de nuevo la calle 17
que hace de la poesía prosa
que no permite imágenes de cuando los paisajes
transmitían belleza
por muy feos que fueran

Desde esta vista la realidad es sólida
y la guardo en bolsas zip loc
Las bolsas cambian de color y de estado de ánimo
abro la ventana
algunas se escapan
el aire las hace alborotar el cielo
hasta que caen
en la calle 17
los transeúntes no las recogen
los guardianes se acercan
y al abrirlas
una esperanza en la garganta
una pluma entre las manos

De Orillas (2003)

¡Pero quién eres Fátima Vélez! ¿en qué momento llegaste a mi vida para hacerme creer de nuevo en la poesía colombiana, en las formas alternativas de amar y en la capacidad de transgresión en este país que en estos momentos más que nunca nos demostró ser de mierda? Ahora no puedo hablar de poesía colombiana sin decir “¿Ya conoces a Fátima Vélez? ¿Ah, no? pues es genial y desobediente, no cree en la monogamia o eso creo, tiene dos hijxs con dos chicos gays, es joven, vive en NYC, ganó el premio de poesía de Bogotá en el 2014 pero no ganó porque no firmo el formulario, es medio burguesita o eso creo – su papá es un arquitecto muy muy famoso. Da igual eso que te he dicho, léela, coge… lee este poema, te va a gustar…”

*A continuación, saco de mi teléfono una captura de pantalla del poemaMi nacimiento (1932)»

entre rasgar de sábanas

entre dolor y luz

unas piernas abiertas

una cabeza

nace

alguien pregunta

desde un lugar del cuarto

que no podemos ver

¿es niño?

no

¿es niña?

no

¿qué es entonces?

es el amor que nació muerto entre nosotros

ah

entonces

no se le puede alimentar con ira

la leche con ira

amarga

**

perdona

por hacerte recorrer

los arduos y

estrechos y

húmedos

caminos de la existencia

por inquietar tu serenidad

por volcarla en

-quiero decir vacío

pero el vacío

estorba

tarde o temprano

me lo agradecerás

saltarás

de alegría

en tu no ser

como saltan los niños

en sus camas

si hay golpe no te dolerá

doblemente

por haber sido advertido

que no saltaras

que podías caerte

hacerte daño

nada formado en ti

para que algo sientas

cabeza hueca

dentro de

cuarto hueco

dentro de

mundo hueco

y sin embargo

desangras

y la sábana

es blanca

y el contraste

caliente

***

dices que la pared del cuarto es azul

que la sábana es azul

no te das cuenta

que el azul

es la blancura desbordada del blanco

****

pero si Frida Khalo no existió

ahora vas a decir

que te crees

ese cuento

de una llaga de dolor

en un rostro

de bigote

y patillas

coronado de flores

Frida Khalo

debe ser

una manera de nombrar

la sensación de estar

a punto de recibir un golpe seco

con un vestido bordado

debe ser

la acción de empujar las cosas

por detrás

hacerlas chocar contra la vida

hasta sacar lo que hay de entraña

en ellas

De Diseño de Interiores (2015)

Casa Paterna, como compilación de doce años de creación poética de la autora, se debate entre la serenidad y el acoso. Imágenes que se sobreponen a la vez que voces asustan mezclando palabras y conceptos como si fueran una pila de escombros que quitando el polvo, descubrimos que debajo de la tierra y la suciedad, hay un puerta como un portal que nos lleva en un viaje – que en segundos nos narra la historia de muchas vidas, pero de una sola persona, encerradas en espacios domésticos maternales, pero propios, muy propios.

SÓTANO

que quieres quitar de ahí las telarañas
las capas de moho
inténtalo
a ver si no aparece de pronto la olla
con el arroz pegado
los guantes amarillos
que protegen
del jabón quitagrasa que te agrieta la piel
y en el silencio
de quien lava platos y olvida poner música
el poema se tararea solo
como si tuviera pies
y quisiera hacer de ti un salto
es
no cabe duda
ese que dice que se llegó al final de la carrera
y el premio es otra carrera

y si el premio es mugre coagulado en un sifón
y si todo fondo no es más que horas percudidas en la cortina de baño
la sala donde la luz pega directamente en el reflejo de la infancia
donde también el tema es con la luz

los niños
sus deseos
su canto de sirena
que tratan de arrastrarte a la inacción
a no ser otra cosa
que calor atemporal

su belleza
que crece
sobre filo
raíz
que no se ve en ningún espejo
pero sabes
si no la cuidas
no la riegas
no la podas

recuerda
poner papel conciencia en las paredes

quien se ha cortado con papel sabe
lo que guarda en sus bordes el blanco

De Diseño de Interiores (2015)

Casa Paterna es una antología editada y publicada por la Universidad del Externado de Colombia- Decanatura Cultural (2015), dentro de la colección «Un libro por centavo». Pueden encontrar esta antología gratis en PDF Además, pueden consultar y leer todo el catálogo poético de esta colección TAMBIÉN GRATIS ❤ aquí.

 

Fátima Velez  (Manizales, Colombia, 1985). Realizó estudios de literatura en la Universidad de los Andes y la maestría en Escritura Creativa en la Universidad Nacional de Colombia. Fundadora de la residencia para artistas Residencia en la Tierra. Ha participado en varios talleres de creación literaria en Bogotá y fue cofundadora del taller de escritura creativa Calle 17. Su libro de poesía “Diseño de Interiores” ganó el Premio Nacional de Poesía Ciudad de Bogotá (Septiembre 2015), premio no   otorgado por Idartes por no firmar un formulario. Actualmente cursa una maestría en Escritura Creativa en la Universidad de Nueva York.

(Fotografía extraída de un artículo de VICE y biografía extraída del blog de «poetas colombianos»)