‘Fuera de Quicio’, conexiones entre hermanas por Karen Joy Fowler

En la mayoría de las familias, hay un hijo favorito. Los padres lo niegan y a lo mejor ni siquiera lo ven, pero es obvio para los niños. Las injusticias molestan enormemente a los niños. Es duro ser siempre el segundo.

También es duro ser el favorito. Merecido o no, ser el favorito es algo molesto

La primera cosa que debe ser advertida antes de que la lectora empiece a leer esta reseña es que Fuera de Quicio tiene un secreto que no puede ser revelado. Tengo un amigo que me confesó una vez que siempre lee la última página de un libro antes de terminar. Ya sea al empezar, o cuando está por el medio, pero no puede aguantar las ganas de saber qué es lo que va a pasar con los personajes. Otra de mis amigas hace lo mismo, y dice que es un acto que no hace menos placentera la lectura de los hechos anteriores a este final.

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Esto no va a funcionar con Fuera de Quicio. Es necesario que empecemos el libro ciegos a lo que va a ocurrir alrededor de la página 80. Es absolutamente necesario, porque si no, no seremos capaces de entender nada de lo que la autora intenta transmitirnos. Yo misma voy a intentar no desvelar nada de los hechos de Fuera de Quicio, pero también considero necesario advertir de que debéis leer esta reseña bajo vuestra propia responsabilidad.

El libro de Fowler es una de esas obras cuyo título traducido al español no hace justicia a la novela. Para ser honesta, el título me recuerda a una de esas películas de la saga American Pie, que reproduce rancios estereotipos adolescentes. Pero el único parecido con esta novela es que la protagonista se encuentra en la universidad al inicio de la novela. Así, la historia se centra en Rosemary, que no habla mucho, y partiendo desde un primer incidente que envuelve a la policía, nos desvela la historia de su particular familia. Fuera de Quicio es una historia de mujeres improbables, envueltas en circunstancias que van más allá de su control e intentado dar sentido a un mundo que va en su contra.

Busqué a través de mi cansancio, en cada respiración, en cada músculo, en cada latido, y encontré una certeza reconfortante, que iba hasta los huesos. Yo amaba a Fern. Yo siempre había amado a Fern. Yo siempre lo haría (…) Pero, desde que podía recordar, también había tenido celos de ella. Había tenido celos hacía menos de quince minutos, cuando descubrí que Lowell la había visitado a ella y no a mí. Pero a lo mejor esta es la manera en la que las hermanas se sienten normalmente

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Karen Joy Fowler, fotografiada por Beth Gwinn

Las heroínas de la novela son un ejemplo descorazonador de las relaciones entre hermanas y de cómo nuestra sociedad valora de manera diferente nuestras vidas, categorizándonos en diferentes grupos y decidiendo qué es correcto para nosotras o qué no, en base a características que escapan totalmente a nuestro control. La hipocresía de este mundo y la lucha de Rosemary para mantenerse a flote harán replantearse su forma de vida a todo aquel lector o lectora que llegue al final de esta novela.

Nosotras no somos Rosemary, y no somos Fern, pero ellas son cada una de nosotras, cada vez que hemos estado atrapadas en circunstancias injustas, ellas representan la desesperación de una vida escogida por gente totalmente ajena a sus circunstancias. El mensaje del libro, imposible de desvelar sin recurrir a los temidos spoilers, se quedará con vosotros mucho después de haber cerrado la última página. Esta es una de esas novelas que se comentan mucho tiempo después cuando, tras meses de volver mentalmente a ella en los momentos muertos en las colas del tren, o esperando en la fila del supermercado, nos damos cuenta del impacto que han tenido en nosotros, y empezamos a mirar otras vidas como lo que realmente son.

En definitiva: altamente recomendable si no tenemos miedo de empezar a mirar al mundo por lo que realmente es.

Fuera de Quicio fue publicada en español por Malpaso Ediciones (advertencia: la descripción proporcionada por Malpaso Ediciones contiene spoilers).

BIOGRAFÍA

Karen Joy Fowler es una autora americana cuyas obras se centran frecuentemente en las vidas de mujeres y en cómo estas afrontan el mundo. Nacida en Indiana, su padre era un psicólogo centrado en investigar el comportamiento animal. Graduada por la universidad de Berkeley en Ciencias Políticas, durante su tiempo en la universidad fue una activista en contra de la guerra, interesada en India, Gandhi y el imperialismo.

La belleza de la desolación: «Inmune», de Almudena Vega y Sonia Marpez

inmunidad

Del lat. immunĭtas, -ātis.

3. f. Biol. y Med. Estado de resistencia, natural o adquirida, que poseen ciertosindividuos o especies frente a determinadas acciones patógenas demicroorganismos o sustancias extrañas.

 

Antes de asomarme a las desoladas páginas de Inmune descubro, con grato asombro, una de las ilustraciones de portada más bellas que he visto en mi vida. Una mujer, un hombre, quizá un ser asexuado, invadido por los horrores de la civilización: los edificios altos e impersonales, la contaminación, los órganos tratando de buscarse un hueco, de sobrevivir… Por suerte, no todo el paisaje corporal se encuentra perturbado: en la piel, en el exterior, aún florecen las plantas. Aún hay vida en el cuerpo. Aún hay poesía. Abro el libro y encuentro un prólogo de Vanity Dust bastante familiar. Habla de cómo nos hacemos inmunes para sobrevivir en este mundo. Siento que cada palabra, que cada frase, también me pertenece. La inmunidad como coraza, pero también un alegato a favor de la vulnerabilidad; de la vida, en cualquier caso. Nos dice, «La insensibilidad es un arma de supervivencia como cualquier otra: la crueldad, el odio, la violencia».

3. los hombres ya no saben morir en las ciudades
se hacen amasijos entre objetos metálicos;
construyen para desaparecer

 

Estoy leyendo un libro escrito a dos manos, en el que Almudena escribe y Sonia fotografía, sin que ninguno de los dos lenguajes se supedite al otro; conviven iluminándose, esclareciéndose, como si no hubiese otra forma de alimentación, de escritura, de significado. Sonia elige el blanco y negro como lágrima expresiva colmada de ternura y nos muestra pequeños insectos, esquinas, lugares deshabitados pero hermosos. Dos mujeres que van sintiendo la ciudad y sus órganos: el metro y los insectos, «la brutalidad del futuro inmediato». Una ciudad inhóspita, capaz de exterminar toda forma de vida animal, incluida la humana. Cuando ayer me crucé con un edificio moderno en París, vi el alféizar transformado en campo de concentración para las palomas, donde unas tiras finísimas de alambre les impedían posarse y descansar. Después abro Inmune y leo, «lo que han hecho los edificios de las palomas». ¿Qué hacen, sino robar vidas? ¿Y por qué hemos dejado de asombrarnos con tantas balas que nos apuntan directamente al corazón? Sencillamente porque «estamos viviendo de memoria», porque «En algún momento se grabó en mi memoria / que el plástico haría nuestra vida soportable».

Cuando leo que «el esqueleto es la semilla» pienso en cómo la poesía sirve de acercamiento a todo lo que se encuentra fuera de la ciudad; a todo lo que es desterrado de ella: las plantas, los animales, los insectos, los árboles. Cómo en la ciudad quemamos la pureza a cada segundo, cómo esa metáfora de Almudena me sirve en mi relación con esta cruel disposición caótica de elementos inertes. Sólo puedo decir: gracias. Y dejaros este poema:

otra vez,
otra vez no,
no he bebido lo suficiente
un viento gélido borra mi cara
y arrastra las hojas como animales sangrientos
enjaulada y azul
llevo
la soledad del vino entre mis costillas
no junto con los animales
a los que hemos arrebatado su casa,
sino con las alimañas que compran
vino de oferta en los veinticuatro horas
no soy mejor que ellos. no.
yo solo escribo para no drogarme.
si no me atracan o me violan
habrá sido un gran día

INMUNE-PORTADA

Inmune fue publicado en la editorial sevillana Ediciones en Huida en 2015


INMUNE-Sonia-Marpez-y-Almudena-Vega

Almudena Vega (Málaga, 1986) tiene un Master en Música (flauta travesera) en Trinity College of Music de Londres y ha publicado los libros Animales de vidrio (Fundación Málaga, 2014), Dirty Generation junto con el ilustrador Miguel Ángel Emérico (Alea Blanca, 2012), y Corvus corax (premio Alea Blanca Poesía, Granada 2007), entre otras obras. Ha ganado el Segundo Premio Joven de Poesía Cero de Málaga en 2013. Como antóloga ha coordinado Réquiem por Lolita, libro de poesía joven española (Fundación Málaga, 2014). Escribe en: ladisonanciadelospajaros.blogspot.com

Sonia Marpez es una fotógrafa gallega nacida en el otoño del ochenta y siete. Desde hace unos años se encuentra repartida entre el norte y el sur del país. Es diplomada en Magisterio y actualmente cursa estudios de Historia del Arte, además de dirigir, junto al escritor Gabriel Noguera, la revista digital Obituario. Su página web es: www.soniamarpez.com


Entrevista a las autoras en Psychonauts

+ Reseña de Vanity Dust, prologuista

Poética intestinal: «alambres», la opera prima de Lola Nieto

término aquí

quizá

terminarlas todo cuanto

ellas hicieron perséfone árbol

de su vientre detiene en sí

/y muge daño/

humana indigna vergüenza

Me gusta enfrentarme a los libros como si mi mente fuera una tabula rasa; sin consultar biografías ni reseñas de la autora y el libro en cuestión, para conseguir un acercamiento más puro (aún a sabiendas de que esa pureza en los acercamientos es improbable). En ciertas ocasiones, este método me conduce al silencio. A la estupefacción. Voy anotando ideas junto a cada poema, pero me cuesta trabajar un texto cohesionado. Quizá porque parto de un texto, el de Lola, que poco se parece a lo que había leído antes. Sin duda, ese es el primer atractivo de alambres.

alambres se construye de breves enunciados, ráfagas a veces, divididos en barras como esta / que subrayan quizá una discontinuidad, un destello. Pequeños enunciados que anuncian lo que no dicen, que yacen en la potencialidad. alambres es desorden, ilogicidad, ocupación total de un nombre, donde una figura mítica como Perséfone es al tiempo un llamamiento. El lenguaje relacionado con el mundo animal (caimanes, escamas, ratones…) así como el uso reiterado de diminutivos propios del mundo infantil confieren al discurso poético una extrañeza sin parangón. Entreveo, igualmente, la anunciación de un discurso animalista, que corroboro tras leer estos brillantes fragmentos, de una entrevista y un poema:

Me gustaría que aprendiéramos a mirar como miran los perros, así. Da igual que alguien escriba o no. Escribir no es importante. Aprender a mirar como un perro, sí.

(extraído de la entrevista a la autora en Psychonauts)

animalita que de mí eres

soy               siamesas

esta herida que tú

donde lengua y saliva vuel-

co

La autora se reitera en lo que califico como sinsentido, sabiendo que me equivoco. Pero me estoy refiriendo a esa ausencia de relación entre los elementos sintácticos y sus respectivos significados. A pesar de esto, se advierte una musicalidad que viene reforzada por esa discontinuidad, esa «sutura imposible», tal y como hábilmente aprecia Raúl Quinto en la contraportada. Intuyo, también, que el «decir lo indecible» en alambres se relaciona con una advertida dificultad de plasmar con palabras la realidad extralingüística. Sin embargo, lo que se vislumbra como propuesta es una escritura desde lo fisiológico, concretamente desde lo intestinal:

Mi órgano pensante es el intestino. Intestinal es mi contacto con el mundo. Escribo y defeco y no son actos distintos.

La propuesta, quizá, sea una metamorfosis vegetal del lenguaje:

de lenguaje                  a

onomatopeya de plancton

No exenta, sin embargo, de elegancia. En la segunda parte de alambres, titulada, como la primera, «guión», cambia la forma: esta vez no hay versos sino prosa. A este respecto, la autora señala que «estaba escribiendo prácticamente lo mismo pero en dos registros distintos». La empatía hacia el mundo animal se hace más patente y el recuerdo de la perra negra es reiterativo. Lola se centra en la experiencia íntima, situacional y anecdótica de esa fractura entre dentro y fuera, entre el yo y el mundo. En el último poema en prosa, advierte: «Me hago a mí misma deforme y libre«. Exactamente de la misma manera que escribió alambres.
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alambres se publicó en kriller71, colección púlsar, en el año 2014

Para leer más:

Entrevista en el blog de la Editorial Kriller71

Conversación en el blog Las voces espirales


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Lola Nieto (Barcelona, 1985) es poeta y profesora de literatura. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Barcelona, cursó un año de estudios en París y actualmente prepara su tesis doctoral. Es consejera de redacción y colaboradora habitual  de la Revista Kokoro. Ha escrito artículos de crítica literaria en numerosas revistas como Sesión no numerada, Calidoscopio, Ómnibus, Las Nubes o Contrastes. Alambres es su primer libro.